Hugo Ekerman es nieto de inmigrantes. Su familia echó raíces en el pequeño poblado. Sin embargo, hoy piensa seriamente en hacer lo que hizo su abuelo cuando llegó de Europa con la colonia ruso-alemanes del río Volga.
"La gente se está yendo del pueblo", según gráfica, como un síntoma de la grave situación.
El hombre de rostro asoleado, es uno de los tantos que intentan sobrevivir de una pequeña explotación de menos de 500 hectáreas, y cuya rentabilidad no cierra ni con vacas ni trigo -que perdió- en los hoy medanales que circundan a esa localidad del centro del partido bonaerense de Patagones.
Ekerman, es además camionero pero tampoco el transporte funciona bien, y obviamente si el motor de la economía se planta, también afecta al resto de las actividades como los talleres mecánicos.
"Nosotros estamos esperanzados con la ayuda del gobierno , pero si esto no cambia -sentenció- habrá que pensar en emigrar, hacer lo mismo que hizo mi abuelo pero al revés, lo cual es una lástima por la familia, será muy difícil".
Otro rostro serio era el que mostraba Rubén Stangen, quien calificó a la crisis como "más que catastrófica" desde lo productivo y financiero. Observó que "existen severísimas contradicciones entre lo que hizo el Estado y lo que hicieron los productores que son inducidos a tener prácticas productivas que agravan la situación". Agregó que "se ve un desmanejo típico de la Argentina, y con esto estamos haciendo honor al concepto más negativo de todo lo que ocurre en este país".
Lo cierto es que toda la zona ve cómo el paisaje ya no es el mismo que años atrás era tierra ideal para producir. Ven que por una u otra razón, el médano se apoderó de lo mejor y no los deja producir. (AV)