La presidenta Cristina Kirchner pidió que se suspenda la movilización del próximo viernes 20, en una decisión sorpresiva comunicada apenas una hora después de una publicitada cumbre entre Hugo Moyano y Luis D Elía para ajustar los detalles de la convocatoria (ver recuadro).
"Quiero agradecer a todos los compañeros de la CGT por la convocatoria que hicieron para apoyar al gobierno popular. Pero quiero pedir que ese acto lo hagamos en algún otro momento, por el trabajo, la paz y la Patria", señaló la jefa de Estado al encabezar junto a Hugo Moyano un acto en la Unión Ferroviaria.
Según dijo la Presidenta, la decisión de dar de baja la convocatoria la tomó "luego de leer lo que sacó Clarín", respecto de la movilización organizada por la central obrera, porque ese diario afirmó que el objetivo de esa manifestación era "imponer una forma de organización sindical". lo que -dijo la presidenta- "son todas mentiras". "Las mentiras con las cuales se intenta confundir a la sociedad ya son demasiadas y yo no quiero que ningún trabajador argentino le sea enrostrado en su cara que quiere imponer una forma de organización sindical. Todas son mentiras. Es mejo r mostrarles a algunos que el modelo de organización sindical va más allá de un acto", subrayó Cristina. La mandataria atribuyó a esa información la decisión de cancelar el acto, aunque otras voces evaluaron que las repercusiones de esa movilización serían nocivas para la imagen del Gobierno en plena ebullición social.
Fernández de Kirchner aprovechó un acto en Casa de Gobierno para lanzar una fuerte crítica a los grupos piqueteros no alineados con el oficialismo, quienes en los últimos días cortaron calles y manifestaron en reclamo de una distribución más equitativa de los planes sociales.
"Deben añorar los 90 cuando había mucho lío y pobres, así pueden reclutar más gente", fue una dura frase usada por la mandataria. Pero fue más allá y cuestionó su representatividad: "Hay gente que no sabe siquiera a qué agrupación pertenece, y terminan ayudando a los que sectores que denostan al Estado y lo vinculan con el clientelismo". La dirigente del Movimiento Socialista de Trabajadores (MST) Vilma Ripoll, que encabezó varias de las marchas contrarias al gobierno, calificó la convocatoria oficialista como "una gran patoteada" y ratificó la convocatoria a una "contramarcha" para después del 20, "para advertirle al viejo esquema sindical" que "no nos van a atemorizar, ni son lo único que existe, ni son lo nuevo". (DyN)
