Durante cuatro días, el ladrón millonario de Lyon fue el héroe de la comunidad de Internet. Pero la policía francesa desencantó rápidamente al criminal. En apenas 48 horas, los investigadores rastrearon 9,1 de los 11,6 millones de euros (17,4 millones de dólares) que el transportista de dinero Toni M. había robado de un vehículo blindado. Ahora, la policía está decidida a esclarecer la perfecta doble vida del francés con raíces en Serbia.

 Durante 10 años, Toni M. engañó a vecinos y colegas. Iba al trabajo en bicicleta y se quejaba de cobrar un salario miserable. Mientras duró su matrimonio, alguna que otra vez reemplazó a su esposa en el bar de un café portugués en Villeurbanne, en el sudeste francés. En su barrio sólo se trasladaba en un viejo Peugeot 406. No podía aspirar a más con un sueldo de 1.700 euros. Su ex esposa dijo que él era modesto y "para nada un jugador".

 En el último tiempo, M. vivía en una casa humilde. Lo que nadie sabía es que poseía un Ferrari y que disponía de 100.000 euros (150.000 dólares) en una decena de cuentas bancarias. Porque en su segunda vida, Toni era un empresario. Comercializaba automóviles de lujo y era copropietario de una inmobiliaria. Pero esos negocios Toni los hacía en la otra punta de Francia, sobre todo a través de Internet y el teléfono. Al final, reportó el Ferrari como robado y planeó su gran golpe: el primer robo a una empresa transportista de dinero a manos de su chofer en Francia.

La semana pasada, el hombre de 39 años vació sus cuentas, limpió toda huella de su vivienda y desapareció con los millones que debía transportar en su trabajo. En realidad, el robo no tendría que haber tenido lugar ya que según las reglas de la compañía de transportes, un conductor nunca debe permanecer solo, en el vehículo, con las llaves del espacio de carga. Además se pueden transportar como máximo siete millones de euros, y estaba prohibido detenerse ante la locación de un cliente durante el traslado de dinero desde el banco central hasta la central de la compañía.

Pero Toni tenía la llave, en el espacio de carga había 11,6 millones de euros (17,4 millones de dólares) y sus dos colegas bajaron en el trayecto para completar formularios en un banco. El insignificante Toni había procurado que le asignaran a dos novatos. El robo aparentemente perfecto causó la admiración de muchos franceses. "Genial y sin violencia, me quito el sombrero", escribió un fan en un foro de Internet. "He, Toni, ¿tienes un lugar en tu transporte?", pregunta otro. En Facebook, numerosos "amigos" escribieron en la página "Tony M.., huyó, comprendió todo".