Martes 10 de Noviembre de 2009 Edicion impresa pag. 45 > Cultura y Espectaculos
Los motoqueros se adueñaron de Mar del Plata
Ayer se presentó en competencia "Vikingo", el filme de José Campusano, el director que ganó el Festival Río Negro Proyecta. Esta vez retrata el mundo de los fanáticos de las motos.

Mar del Plata (DPA) - Al igual que el año pasado, cuando presentó "Vil Romance" en el Festival de Mar del Plata, tampoco esta vez pasó desapercibida en el certamen la presencia del director argentino José Campusano con "Vikingo", entre otras cosas por la asistencia al estreno de más de una veintena de fanáticos de las motos vestidos de cuero y tachas. Campusano fue el ganador del festival Río Negro Poyecta que se realizo este año en Roca y Allen

"Vikingo", la segunda película de Campusano, que además trabaja como vidriero en el barrio de Berazategui ("soy tan artista como cualquiera, el tema es que necesito trabajar para vivir"), es uno de los dos filmes argentinos en competencia internacional en el Festival de Mar del Plata y se centra en el mundo de los "motoqueros" que ya fuera retratado por el director -pero como documental- en "Legión, tribus urbanas motorizadas". "Queríamos contar la realidad, el desafío es no sustituir los contenidos y menos aún tergiversarlos, sino mantener un estado lo más genuino posible", afirmó Campusano, acompañado por los dos protagonistas, Rubén Beltrán (Vikingo) y Armando Galvalisi (Aguirre), en cuyas vidas se basó el filme y que actúan, en gran parte, de sí mismos.

La historia comienza cuando el Vikingo decide acoger en su casa de las afueras de Buenos Aires a un desconocido en apuros, Aguirre, amante de las motos igual que él, a pesar de que, con un trabajo que va y viene y un sobrino que consume "paco", no le sobran ni el dinero ni los problemas. En la casa del "Vikingo", se crían conejos en el patio para vender las pieles cuando no se llega a fin de mes, tienen un armadillo por mascota y las personas se bañan con baldes a falta de agua corriente. Una realidad que, al igual que los protagonistas del filme, rodado en parte Villa Fiorito, viven millones de argentinos en ciertos sectores del conurbano de Buenos Aires y que el director intentó retratar con inisistencia y sin tamices tanto en "Vil Romance" como ahora.

"Yo vivo en este ámbito. A mí me va un poco mejor porque estoy metido en el comercio, pero yo viví como un paria total, hasta no hace muchos años. Retrato este mundo porque es el que conozco. ¿Cuántos viven en la capital y cuántos en la periferia? Los privilegiados son siempre pocos", afirmó Campusano.

No hay, en las películas de Campusano, actores profesionales, decorados ni artificio alguno; en general, los protagonistas son amigos suyos, recrean en parte sus vidas y las locaciones son las casas y los barrios en que se mueven. "Hay cosas que ensayamos para facilitar las cosas y otras que ellos viven desde siempre, entonces ¿para qué las vamos a ensayar? Ya está tallado en sus almas, y yo rescato ese conocimiento fabuloso, que es superior a lo que yo podría llegar a prever".

La opinión de la crítica acerca de sus películas suele dividirse en quienes valoran su "autenticidad" y quienes se escandalizan con algunos de los defectos visibles en sus filmes, como las fallas en el sonido, los problemas de continuidad entre los planos y algunas actuaciones muy forzadas.

Sin embargo, a Campusano, quien ganó el año pasado el premio "Work in progress" de Mar del Plata para terminar su película, las críticas no parecen importarle mucho. "(El director mexicano Arturo) Ripstein decía que en el cine se maneja una retórica del siglo XIX planteada por Joseph Conrad; y yo creo eso; que hay toda una dinámica pasada de moda para hacer cosas", explicó el director, que fue aplaudido en varios tramos de la conferencia de prensa por los "motoqueros" de la zona sur que asistieron al estreno. "El cine tiene posibilidades que ni siquiera avizoramos,en formato digital está todo por delante. Si el intelecto fuera la herramienta que se dice que es, el mundo no estaría como está. Hay cosas más poderosas en la tierra, la idea es que el cine no sea sólo fruto del intelecto", concluyó.

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