El noveno paro de trenes subterráneos en la capital que se inició la madrugada del martes provocó una confrontación entre el gobierno y los sindicalistas.
A las 05:00 de la madrugada se inició el paro de las seis líneas de trenes subterráneos que se extenderá por 24 horas, pese a los esfuerzos del gobierno por mantener el servicio de emergencia.
Los empleados del subterráneo piden dejar de pertenecer a la Unión Tranviarios Automotor (UTA), el gremio que los agrupa actualmente, y exigen al gobierno que reconozca un nuevo sindicato que aún no ha sido aprobado por el Ministerio de Trabajo.
El gobierno declaró el lunes que el servicio de subterráneos era "esencial'' y que iba a poner presión policial para que se dieran 40% de los viajes de emergencia.
Metrovías, la empresa concesionaria del servicio, anunció que al intentar realizar el servicio de emergencia, un grupo de personas bloqueó las vías en una de las estaciones y que otro grupo destrozó los asientos del tren en otra estación, causando un paro completo de los trenes.
Otros servicios de transporte han realizado huelgas similares en solidaridad con los empleados del subterráneo.
Los paros ya han generado un caos en la capital con interminables colas en las paradas de colectivos y congestión en las calles.
Los trabajadores han amenazado con extender la huelga obligando a más de un millón de habitantes a buscar medios alternativos para llegar al trabajo.
AP