"¿Cuál es tu color favorito, nena?", clamaba desafiante Corey Glover, avasallando de negrura musical la glamurosa y perfumada escena del rock a fines de los 80.
"Vivid", la placa fundacional de Living Colour enterraba para siempre el preconcepto de que la música negra sólo se servía en los honorables platos del blues y el rhythm & blues, o en altares de dioses de piel brillante del rock ´n roll y el funk, como Little Richard o James Brown.
Dos décadas sin Jimi Hendrix ya eran suficientes para este grupo de neoyorquinos. Formados bajo la gran esfinge del guitarrista zurdo nacido en Washington, para ellos la música negra era mucho más que pop con suave olor a soul, dietético y lánguido, adorado por las otrora poderosas compañías discográficas. Si de música gestada por negros se trataba, el negocio sin dudas no estaba hecho para roqueros multicolores y de ideas revolucionarias. Así las cosas, la cruzada de Living Colour desde su génesis, fue defender el legado negro del rock ´n roll. No sólo funk, no sólo blues ni soul, o hard, punk, trash o hip hop. Todo junto, dosificando y potenciando cada uno de los estilos hasta volverlo uno. Único.
La militancia de Vernon Reid, guitarrista y líder de los morochos de Brooklyn, lo puso a la cabeza de la Black Rock Coalition a mediados de los 80. Una cofradía neoyorquina que clamaba por el orgullo de la música negra y por consiguiente, propietario genuino de una parte de la herencia del rock. El nervio negro de Living Colour se tensó y dejó escapar sus primeras explosiones de virtuosismo en antros célebres de la Gran Manzana como el mítico CBGB, que viera sudar a bandas como Talking Head o The Ramones. Precisamente, LC en su primera placa homenajea a la banda de David Byrne haciendo una soberbia versión de "Memories can´t wait". El CBGB, que cerró sus puertas en el 95, fue el vientre roquero más fértil de Manhattan en la época. En sus días de gloria solía parir proyectos tan originales como impactantes y fue la guarida por excelencia de la vanguardia underground de Nueva York.
Living Colour fue la consumación de un sonido inusitado y atrayente más allá del clásico aporte negro de soul o funk para la música norteamericana. LC fue un prototipo de rugido atronador y vivaz, enraizado en las más profundas entrañas del sonido afroamericano pero sin fundamentalismos que coartaran la inquietud creativa.
En una de esas noches húmedas del CBGB, Reid, Glover, el bajista Muzz Skillings (reemplazado desde el ´92 por Doug Wimbish hasta hoy) y el baterista Will Calhoun impactaron de tal forma al mismísimo Mick Jagger, que no sólo los produjo sino que los llevó como teloneros de los Rolling Stones para la gira de presentación de Steel Wheels.
La batalla comenzaba a ser ganada. El derecho a roquear adquirido por una banda compuesta en su totalidad por músicos negros, transformaba a Living Colour en objeto de adoración. La música negra dejaba de ser sólo un aporte cool para el pop blanco y pasaba a tener nombre propio gracias a sus nuevos superhéroes.
De todas maneras nada fue fácil. El contenido político de sus letras tampoco les había ayudado a despertar simpatías dentro del establishment de la industria del disco. "Mírame a los ojos, ¿qué ves?/ Culto a la personalidad/ Conozco tu ira, sé de tus sueños/ He sido todo lo que tu quieres ser/ Soy el culto a la personalidad/ como Mussolini y Stalin", toda una declaración de principios sobre el poder, en plena época republicana estadounidense con Ronald Reagan a la cabeza.
Si "Vivid" trajo a la luz un nuevo estilo de hacer rock, "Time´s up!" reafirmó el descubrimiento. Desde la apertura a puro trash del tema que le da nombre a la placa hasta la cadencia de Solance of you, pasando por el cautivante "Love Rears its Ugly Head" o el potente hard de "Type", LC confirma su destino musical y también homenajea a sus ídolos en vida. En Elvis is Dead, Little Richard colabora con un rap inolvidable, y junto al penetrante saxo de Maceo Parker quiebran el tema en dos.
En este disco el compromiso musical se sigue sustentando también en la crudeza de la pluma de Reid. Como buenos vecinos del Brooklyn, su manifiesto no soslaya la impunidad y la falta de posibilidades de una vida mejor para los jóvenes negros. "Las cosas se ponen difíciles cuando se tiene tiempo para matar/ tienes la tesorería y entonces tengo la emoción/ Yo gano más dinero que un juez o un policía/ Dame una razón por la que deba dejar esto". La letra de New Jack theme tiene cerca de 20 años, aunque tristemente desborda de actualidad.
Living Colour opacó su brillo en Stain, tercer álbum del grupo. Se volcó hacia un sonido más oscuro y heavy, aunque sin perder excelencia. Sin embargo distintos criterios musicales llevaron a su separación desde 1995 hasta el 2000.
Tres años después los Colores Vivos recuperaron su fulgor, aunque sirvió más que nada para saldar una deuda interna de la banda. "Collideoscope nos sirvió para darnos cuenta de que en estudio todavía teníamos una relación genial. Para nosotros fue como terminar algo que habíamos empezado y que faltaba cerrar", afirmó Corey Glover en una entrevista reciente. "Después ya no paramos más", aseguró el cantante, aunque hayan pasado seis años entre "Collideoscope" y "The Chair in The Doorway", la nueva placa que estarán presentando esta noche desde las 22, en el Complejo Bloke de Neuquén.
En paralelo, Vernon Reid se embarcó en algunos proyectos personales como ponerse al frente de los Yohimbe Brothers. El combo experimental del guitarrista, junto a DJ Logic, estuvo en el Teatro Español de Neuquén en septiembre del 2005, donde Reid de alguna manera explicó porqué antes de formar Living Colour fue un excelso sesionista de jazz.
"Para nosotros, "The Chair in The Doorway" fue todo un desafío?" explicó Glover antes de comenzar con el tour que los trajo otra vez a la Argentina, último punto sudamericano antes de partir hacia Europa.
Quienes han pasado por la experiencia de ver a Living Colour en vivo, aseguran que la tierra tembló bajo sus pies. Sin dudas se sacudirá también para los fans que esta noche, es su bautismo de fuego con la banda, estén dispuestos a exponer la piel y el alma a dos horas de rock arrollador y trepidante.
Esto siempre suele ser así. Es que a Living Colour le costó tanto nacer, que no desaprovecha cada oportunidad que tiene en demostrar que su música está más viva que nunca.
PARA AGENDAR
Living Colour se presenta esta noche, a las 22, en Bloke de Neuquén, ubicado en Olascoaga y Purmamarca.
Antes, tocará la banda local Eskulapio, formada por Diego Castillo en voces, Sebastián Fernández en guitarra, Yimmi Álvarez en guitarra, Marco Bozak en bajo y Alejandro Fernández en batería. Los neuquinos tocarán los temas de su disco "Bacteriostatico".
Las entradas para esta noche se venden en Bloke, desde las 15. El precio de los tickets es de 90 pesos.
WALTER RODRíGUEZ
wrodriguez@rionegro.com.ar