Sábado 07 de Noviembre de 2009 Edicion impresa pag. 26 > Internacionales
OBAMA DECRETÓDUELO NACIONAL POR LOS 13 MUERTOS EN LA BASE MILITAR: Estupor y muchas dudas tras la masacre
Las autoridades investigaban ayer qué llevó a un comandante del Ejército y psiquiatra musulmán a perpetrar la sangrienta acción. Testigos dicen que gritó "Alá es grande", antes abrir fuego.

WASHINGTON.- Tristeza, estupor y muchas preguntas sin respuestas son las notas dominantes en Estados Unidos frente al baño de sangre perpetrado el jueves por un psiquiatra militar en una base de Texas, que acabó con la vida de 13 personas y dejó heridas a otras 30.

El presidente Obama ordenó ayer que las banderas norteamericanas flameen a media asta en señal de duelo, pero llamó a los estadounidenses a no sacar conclusiones apresuradas respecto a por qué ocurrió el ataque.

Sólo cuatro balazos de una policía civil pudieron frenar a Nidal Malik Hasan, de 39 años, después de que comenzara a disparar contra sus compañeros en la base de Fort Hood. El autor de la masacre es un musulmán de origen palestino, psiquiatra especializado en estrés postraumático, que actuó solo y está hospitalizado en condición estable, dijo el jefe de la base militar en Texas, general Bob Cone.

Doce de los 13 muertos en el tiroteo eran soldados. De los 30 heridos, 28 se encuentran "estables", añadió Cone. Entre ellos se encuentra el tirador, que está conectado a un respirador artificial.

Muchos se preguntaban ayer por las causas de una masacre que ningún indicio permitió prevenir. ¿Actuó el psiquiatra por miedo a su próximo destino, Irak? ¿O por motivos religiosos, odio al Ejército o simple frustración personal?

Maria Treviño, empleada del centro médico en Fort Hood, llamó por teléfono al lugar justo cuando comenzaron los tiros. "Empezaron a gritar ´¡no lo dejen entrar!, ¡no lo dejen entrar!, ¡nos disparan!´", relató.

"Recé por que nadie resultara herido. Fue horrible". Algunos testigos contaron que Hasan gritó "Allahu Akbar" (Alá es grande) antes de abrir fuego.

El psiquiatra era un musulmán creyente que rezaba al menos una vez al día. Una tía contó a "The Washington Post" que Hasan sufría bromas y presiones debido a su fe desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Sin embargo, según un imam de la mezquita en Silver Spring, Maryland, a donde solía acudir, aseguró que jamás había manifestado tendencias extremistas ni deseos de venganza.

El reconocido grupo musulmán estadounidense Council on American- Islamic Relations (Cair) condenó ayer el "cobarde ataque en la forma más dura posible" y reclamó "que el autor sea castigado con todo el peso de la ley".

"Ninguna ideología religiosa o política puede (...) justificar o disculpar jamás un acto de violencia semejante.

El ataque es especialmente grave por haberse dirigido contra un Ejército que protege nuestra nación", añadió el grupo.

Hasan, destinado a Fort Hood desde julio, llevaba tiempo intentando abandonar el Ejército. También temía ser enviado a Irak, una misión que, al igual que la de Afganistán, criticó abiertamente frente a otros compañeros.

Al referirse a la masacre, el presidente Obama dijo ayer que "ver caer a esos bravos estadounidense en el campo de batalla en el extranjero ya es bastante difícil. Verlos tomados por blancos en una base militar y en suelo estadounidense es aterrador".

Obama irá al funeral de los 13 muertos, dijo la Casa Blanca.

Tras el hecho, el ejército ordenó aumentar la seguridad de las bases de todo el país. (AFP/DPA)

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