Sábado 07 de Noviembre de 2009 Edicion impresa pag. 44 > Cultura y Espectaculos
El extraño poder del realismo mágico
En su libro, el escritor desmenuza el fenómeno que provocó "Cien años de soledad": toda América comenzó a ser evaluada a partir de la lente creada por Gabriel García Márquez.

La hegemonía del realismo mágico, cuyo influjo se extendió por tres décadas en América latina, es analizada por el escritor Jorge Volpi en "El insomnio de Bolívar", un ensayo que desmenuza el vínculo entre literatura y política a lo largo de 200 años.

"La novela ´Cien años de soledad´, de Gabriel García Márquez, provoca este extraño fenómeno por medio del cual un recurso literario es tomado como una medida sociológica y un continente completo empieza a ser evaluado a partir de los lentes del realismo mágico. Y esta construcción imaginaria es tan poderosa que dura 30 años", dice el escritor en una entrevista.

Durante esos años, insiste Volpi, "a este continente se lo ve como exótico, mágico, raro, la gente no se sorprende de cosas absurdas, se muestra indiferente frente a lo mágico. Es tan fuerte el libro que muy rápidamente contagia a una enorme cantidad de escritores de las siguientes generaciones".

"Y luego editores y lectores en todo el mundo exigen libros de esta región que se parezcan a `Cien años de soledad`. Y no sólo posteriores sino anteriores y de repente es como si se expandiera esa necesidad y (Juan Carlos) Onetti y (Juan) Rulfo terminan asimilados dentro del realismo mágico", describe

Este fenómeno, "termina por oscurecer en América Latina muchas de las otras tradiciones que estaban presentes y eran plurales y convivían unas con otras, a veces enfrentándose, pero a veces simplemente estando en un mismo tiempo histórico".

Para Volpi, "es muy curioso observar cómo el realismo mágico crea esta imagen idealizada y terrible de América Latina, en una época que se sueña con la democracia pero se vive en casi todos los países con regímenes dictatoriales o autoritarios".

La democracia se constituye como una especie de ideal imposible "y cuando llega tardíamente a todos los países termina por desencantar, no resulta una solución mágica a los problemas".

"El insomnio de Bolívar", recién publicado por el sello Debate de Random House Mondadori, y que obtuvo el II Premio Iberoamericano Debate Casa de América 2009, deja al descubierto que es a partir de los años 90 cuando la literatura del continente pierde su carácter épico.

"Es curioso porque la literatura suele anticipar lo que va a pasar en términos políticos y aquí no: la transformación de América Latina, el incipiente proceso de democratización es anterior a la decadencia del realismo mágico -subraya el mexicano-. Comienza en los años 80, la caída del muro marca un momento clave y en los 90, tardíamente, aparecen los primeros signos de un cambio", recalca Volpi.

"Parecería que la erosión de lo latinoamericano en términos políticos y sociales fue previa, y la manera de cristalizarse en la literatura es posterior, aunque también -añade- habría que decirlo de otra manera: la obra de algunos escritores ya apuntaban en esa dirección pero eso se ve claramente en el año 2000".

Volpi hace hincapié en la actitud de muchos escritores en los últimos años, a veces explícitamente o sólo con su obra, "que reaccionan frente al realismo mágico pero en general hacia la idea de la literatura como constructora de identidad".

"Muchos escritores son latinoamericanos solo en el sentido de que pertenecen a este continente, pero sus libros responden a tradiciones distintas al canon establecido", apunta el autor de la trilogía sobre el siglo XX compuesta por los libros: "En busca de Klingsor" (Premio Biblioteca Breve y Deux Oceáns-Grinzane Cavour), "El fin de la locura" y "No será la tierra".

Sin embargo, aclara el mexicano, "sigue habiendo nuevas generaciones de escritores nacidos en los 60, 70 incluso los 80, que con su obra están conformando otra nueva tradición, que podríamos llamar latinoamericana siempre y cuando la despojemos de un carácter militante y diferencial".

Uno de los puntos de inflexión de este proceso, según Volpi, es la irrupción del chileno Roberto Bolaño. "En algún sentido sus novelas son típicamente latinoamericanas, pero al mismo tiempo rompen con esa tradición desde dentro. Es una especie de puente y la mayor altura de la confrontación con el boom. Y no deja de ser paradójico como ha tenido un éxito global".

En Bolaño, "está muy presente la literatura política, no la comprometida del boom pero sí una escritura con una intención política clara de desmitificación que las nuevas generaciones en su mayor parte no tienen al estar en una época de profunda desconfianza hacia lo político".

Estas generaciones, señala el mexicano, "no están preocupadas por la construcción de la identidad latinoamericana, ni siquiera de sus identidades nacionales".

"No están preocupadas tampoco por responder a esas tradiciones previas, no hay compromiso político casi en ningún caso, lo que hay es una búsqueda de cierta voz individual y de responder a otras tradiciones y también hay una presencia apabullante del mercado en la búsqueda de ciertos éxitos específicos en términos de venta", remata el escritor. (Télam)

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