VIEDMA (AV)- La planta de tratamientos de líquidos cloacales de esta capital funciona parcialmente, aunque Aguas Rionegrinas Sociedad Anónima dice estar trabajando dentro plazos normales para repararla. El Departamento Provincial de Aguas como ente de control, ya instruyó cuatro multas por incumplimientos relacionados con varias irregularidades.

El presidente de la empresa, Jorge Isacc, reconoció que el servicio se presta en un 50 por ciento de la capacidad. Estimó que hacia fin de año podría entrar en régimen el resto del sistema que efectúa una tarea de decantación de las aguas servidas antes de escurrirlas hacia el río.

Ante las demoras, el directivo aclaró que las obras "no se llevan a cabo sentándose en un escritorio y escribiendo papelitos, hay que comprar (los equipos) y (el cronograma de trabajos) está dentro de los plazos fijados".

La operación básica consiste en operar equipos electromecánicos. Se llaman "aireadores" , y que fueron instalados sobre piletas de decantación en un total de nueve, restando otros tantos.

Frente a estos inconvenientes, el establecimiento ubicado en el parque industrial, fue visitado por el concejal opositor Ariel Gallinger (ARI). Apuntó a verificar el avance de las obras puestas en funcionamiento, comprometidas por ARSA ante una acción de amparo presentada por el edil, la legisladora Magdalena Odarda ante el Superior Tribunal de Justicia.

En el DPA, según fuentes del organismo, hay cuatro expedientes iniciados con multas al no haberse concretado la puesta en marcha de todos los aireadores en tiempo y forma. Se agregó el problema de malos olores. Sin embargo, ayer, Isaac confirmó que el plan de trabajo está cumplido porque "las inversiones las hace la provincia" por medio del DPA.

"A mi nadie me dio plazo", afirmó cuando se le preguntó sobre esta cuestión. Añadió que "se está haciendo todo para que funcione". Al DPA habría llegado una nota desde la empresa, argumentando que problemas financieros habrían demorado la compra de equipos. En el transcurso del último año, la empresa se vio envuelta en una controversia con la empresa proveedora de motores, que se averiaron al no adaptarse al sistema de lagunas.