Lunes 02 de Noviembre de 2009 Edicion impresa pag. 25 > Sociedad
Se habla de él pero no se lo ve: "Es una leyenda urbana"

El marcado aumento de la comercialización de cocaína en la región representa un doble peligro: el daño que esa droga causa en la salud de los jóvenes y adultos que la aspiran y, por el otro, que convierte a la zona en un punto atractivo para instalar los laboratorios que la fabrican, es decir, las "cocinas". Mientras más "blanca" se consuma, más cerca de nosotros estará el paco.

En Roca, uno de los puntos de mayor consumo en Río Negro, por ahora los investigadores del área de estupefacientes de la policía afirman que las "cocinas" de la región son precarias y no trabajan con precursores químicos. "Acá sólo se dedican a ´estirar´ la droga que les llega de afuera? la reciben compactada, la vuelven a moler y le meten yeso, talco, aspirinas molidas, cualquier cosa que sea blanca y se pueda hacer polvo. De un kilo sacan varios kilos más? imaginate que en Roca hemos secuestrado cocaína estirada, con un 3 o 4 por ciento de pureza; el resto es otra cosa", afirmó un agente.

Para rearmar las "tizas" y comercializarlas, esa mezcla se pasa por un cilindro a presión. "Lo que más hemos secuestrado son unas herramientas que son para ajustar los retenes de las motos? es un cilindro y tiene el tamaño que buscan para fraccionar".

La circulación masiva de paco en Roca y alrededores fue descartada por los policías consultados, que coincidieron en que su comercialización, para ser rentable, depende de la existencia cercana de una "cocina" de cocaína, el lugar donde se obtienen los desechos que dan origen a la mortífera sustancia.

Desde la división de Toxicomanía de la Unidad Regional Segunda indicaron que en ninguno de los procedimientos y secuestros realizados durante el último año se encontró paco. "Tampoco aparecieron precursores químicos, que nos hubieran dado la pauta de que hay una ´cocina´ cerca", indicaron.

Para un experimentado agente del área de Tóxicos de la Policía rionegrina (cuya identidad se reserva para no entorpecer su habitual labor como "encubierto"), "el tema de que el paco ya llegó al Valle es una leyenda urbana" y afirma que "por ser tan barato (en algunos lugares de Buenos Aires se vende la dosis a valor de un peso) no es rentable para un traficante trasladarlo hasta esta zona", porque debería recargarle el costo y el riesgo del transporte "y terminaría costando casi lo mismo que las otras drogas".

El agente lo describe como una sustancia "parecido a la leche en polvo; de un color amarillento".

En Bariloche, no hay registros de secuestros o detenciones relacionados con el paco en los últimos cinco años por la policía federal o la provincial. Sólo existen comentarios de que alguien pudo haber llegado a los barrios de las 34 hectáreas -Unión y Dos de Abril- con algunas dosis. Pero las drogas de los pobres en esta ciudad siguen siendo el alcohol, el pegamento y los psicofármacos, que consiguen hasta comprando un solo comprimido en determinadas farmacias.

En Viedma -afortunadamente- el paco no apareció aún entre los consumidores de drogas ni tampoco en ningún operativo de prevención y control de estupefacientes. En esto coinciden tanto las fuentes de la Justicia Federal consultadas como de la Policía y de entidades dedicadas a la promoción y acompañamiento de jóvenes en riesgo, como el Centro de Promoción Familia "Casita del Nehuén", que funciona en el barrio Guido y atiende a chicos de ese sector y de otras barriadas vulnerables como Inalauquen y Santa Clara.

Cipolletti. En los operativos de la División de Drogas Peligrosas de la Policía Federal con sede en Cipolletti, no se ha secuestrado paco; "aunque eso no quiere decir que no haya adicción", aclaró el jefe de la sección, Luis Espiñeira Rodríguez. (Roca y agencias Bariloche, Viedma y Cipolletti)

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