Lunes 02 de Noviembre de 2009 Edicion impresa pag. 29 > Cultura y Espectaculos
EN CLAVE DE Y: Matamensajes

Hace unos días, un comisario retirado, testigo de la fiscalía en el segundo juicio al represor militar Mario Benjamín Menéndez, apareció degollado en su domicilio. Las primeras noticias indican que se "habría suicidado". Es una forma un tanto difícil de suicidarse, eh? Me corrió un escalofrío. Todas las personas que tenemos para esta gente la pregunta sin precio: qué hicieron con nuestros desaparecidos, dónde están sus restos, volvimos a tener esa sensación: de que con la democrática coexiste la tenebrosa dictadura. Salvo el primer día, el mundo mediático sobre este metamensaje que es en realidad un matamensaje, ocupó menos espacio que cualquier polémica política o chusmerío del ambiente revisteril.

Este señor, el degollado, se suma al "suicidio" del prefecto que también iba a declarar en la ciudad de La Plata en otro juicio contra represores (notará usted, que no digo "ex represores", como califican las noticias a estos personajes siniestros. No se jubilan de represores. Lo fueron y lo serán, y su silencio, voluntario o inducido, los descalifica para ex).

Esta percepción de que junto con la ley de la democracia, coexisten otras leyes, otros mundos crueles e implacables, la tiene cualquiera que sufre asaltos, muertes, por sacarles algo de plata o una mochila. Cualquier niño o niña maltratado; cualquier mujer, u hombre adulto tiene su propio carril desquiciado con el que lidiar. Carriles llenos de mensajes, que son a la vez portadores de otro mensaje, advertencias. Usted puede encontrarlos en su vida. Usted puede emitirlos, también, y pueden pasar ambas cosas, por aquello de que a mí me lo hacen y si no lo hago hacer, yo peligro. Trabajo, ascenso, familia, vida.

Matamensajes como el de Córdoba son brutales, y hay una larga lista; sacuden por su estilo mafioso. Pero luego "pasamos a otro tema después de una pausa". ¿Y qué hay en la pausa, que es la publicidad? Más mensajes, que sugieren cosas, por eso son metamensajes, y las cosas que sugieren dañan, matan, por eso son, también, matamensajes. Lo grave es que están naturalizados, más aún, están glorificados. Usted no es exitoso o exitosa si no accede a ese auto, que le abre las puertas del paraíso: hombres y mujeres hermosas, prestigio, seguridad, poder, velocidad?ah, qué bello. Y más vale que consuma tal o cual alcohol, tal o cual marca de cigarrillo, lo que lo convierte en parte de un mundo ¡taaaaan feliz!

Ahora bien, lo que ocurre en la realidad es que encabezamos las estadísticas de muerte y mutilaciones graves por exceso de alcohol y velocidad. El alcohol y drogas varias mezcladas con esto y lo otro están haciendo estragos entre los pibes y pibas, así que los mensajes de comprá esto, con el metamensaje de vas a acceder al círculo de los y las privilegiadas, son, también, matamensajes. No es quizás tan impactante como el comisario degollado, pero sólo porque lleva más tiempo. Y lo que ocurre simultáneamente es que como son mensajes dirigidos a determinado sector social, pero llegan a todos, siembran otro matamensaje: el del resentimiento y la frustración. Mala mezcla.

Sólo cuando usted o yo decimos momentito, a ver cómo se combina el paraíso con el auto destrozado y los pibes muertos a la madrugada, cuando este chico o chica que es parte de nuestros afectos, confió que tal pastilla o tal bebida llevaba a la otra dimensión y encuentra depresión, desgano, deserción escolar, robo, fichaje, vuelta a problemas, sin trabajo conocido?sólo entonces el mundo ilusorio se desvanece, el mensaje toma su verdadera dimensión de matamensaje.

Más vale que paremos a tiempo, o no vamos a encontrar a nadie. Ni a mi Marita, ni al suyo ni a la del vecino.

 

MARÍA EMILIA SALTO
bebasalto@hotmail.com

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí