Un atentado suicida con explosivos mató el lunes a 30 personas frente a un banco cerca de la capital de Pakistán, mientras la ONU anunció que por un aumento de la violencia se vio forzada a retirar personal y suspender su operación de desarrollo social en zonas colindantes con Afganistán.
Los insurgentes islamistas han ejecutado en las últimas semanas numerosos ataques en Pakistán que han causado al menos 250 muertos en represalia por una ofensiva militar en un bastión del grupo extremista paquistaní Talibán en la región Waziristán del Sur, también junto a la frontera afgana.
Varios empleados de las Naciones Unidas están entre los muertos, y la decisión de la organización de suspender la misión de desarrollo podría comprometer el objetivo de Occidente de reducir la presencia de los extremistas mediante una mejoría de la economía en Pakistán.
El ataque del lunes en la ciudad de Rawalpindi, una guarnición a unos cuantos kilómetros (millas) de Islamabad, fue cometido en un día de paga mientras muchas personas esperaban frente al Banco Nacional para cobrar sus salarios. El banco está cerca del cuartel del ejército, y de las personas que hacían fila frente al banco una mayoría eran miembros de las fuerzas armadas, dijo el soldado Mohammad Mushtaq, que fue herido en el atentado.
Los extremistas atacaron el mes pasado al cuartel mediante un sitio que duró 22 horas y causó 23 muertes. La presidencia de Pakistán, junto con el primer ministro y otros altos funcionarios, condenó la explosión y afirmó que continuará la ofensiva en Waziristán del Sur, una región tribal sumida en la pobreza y el subdesarrollo que está cerca de Afganistán donde al parecer hay escondites de la red terrorista al-Qaida.
El atacante llegó en una motocicleta al lugar y entre los 30 muertos hay personal militar, dijo el jefe de la policía de Rawalpindi, Rao Iqbal. Unas 45 personas fueron heridas.
La ONU anunció en un comunicado que por motivos de seguridad pone fin a su labor de largo plazo en dos áreas en la frontera inestable con Afganistán, una decisión que podría perjudicar las acciones internacionales para enfrentar a la insurgencia en el país.
La decisión de las Naciones Unidas, que afecta a áreas tribales y la provincia de la Frontera Noroccidental.
En los atentados de este año en Pakistán han fallecido 11 trabajadores de la ONU. La vocera de la ONU, Amena Kamaal, dijo a The Associated Press que la organización todavía analiza los programas por suspenderse y el número de empleados por sacar del país. Indicó que el término de largo plazo se aplica a programas con un plazo de al menos cinco años. El personal que permanezca en el país será asignado a mejorar la seguridad, añadió.
El vocero de la cancillería, Abdul Basit, dijo que Pakistán comprendía la posición de la ONU, pero que esperaba la reanudación de la misión de desarrollo cuando el ejército termine su operación en Waziristán del Sur. “Esperamos que nuestra operación acabe pronto, y ellos retomen sus operaciones normales”, expresó.
AP.-