NUEVA YORK (DPA) - ¿Puede ser, tal vez, que el jurado del Nobel simplemente no haya tenido tiempo de leer el nuevo libro de Philip Roth? De manera casi casual, pocos días antes de que se otorgara el Premio Nobel de Literatura, los ejemplares de esta nueva publicación podían verse en las librerías de Estados Unidos. Pero oficialmente la obra será lanzada al mercado hoy. Para entonces ya será demasiado tarde. Sin embargo, su nuevo libro "The Humbling" hubiese merecido todos los premios.

Con sus 140 páginas no puede decirse que sea una novela, más bien se trata de una historia corta, pero es de una elegancia tan magistral que arrebata el aliento. Roth retoma en este libro el tema central de su obra tardía: la vejez, la fragilidad, el fracaso y la ruina. Y el intento desesperado por escapar de lo inevitable. "Había perdido su encanto. Ya no le quedaban fuerzas".

Con estas frases, el escritor despliega desde la primera línea lo que será el tenor, lúgubre, del relato. Su protagonista, Simon Axler, en algún momento uno de los actores más famosos, tiene 65 años y está en las últimas: ya no puede actuar. Cae en una profunda depresión, su mujer lo deja y él, por miedo al suicidio, ingresa voluntariamente en una clínica psiquiátrica. Hasta allí no hay nada nuevo. Pero a partir de entonces la historia toma un rumbo particular. Una mujer de 40 años, lesbiana, hija de una pareja amiga, aparece en la soledad del protagonista. Nace una historia llena de pasión. Pero los quiebres se pueden intuir. Después de dos experiencias traumáticas con mujeres, ella está a la búsqueda de consuelo: "Tú eres lo que me recetó el doctor." Él espera poder comenzar una nueva vida. Con joyas, ropas de diseño y un corte de pelo de 200 dólares, él se propone convertir a su pareja en una mujer deseada por los hombres, no por las mujeres. Pero cuando se produce un "ménage à trois", toda ilusión se derrumba.

Roth disecciona la pasión y la fatal falta de perspectivas de la relación. "The Humbling" es un libro perturbador. Y, sin embargo, es imposible dejar de leerlo y de desear que Roth vuelva a encontrar el tiempo para escribir más.