Todo lo que se creía sobre el triple crimen de General Rodríguez estaba errado, señala la revista "Noticias". Una investigación aparecida en la última edición asegura que a Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina los mataron el mismo día del secuestro, pero no en General Rodríguez. También sostiene que al principal sospechoso se lo vincula con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.
"La verdadera historia" se titula el trabajo de la publicación de Fontevecchia. La revista dice que el triple crimen ocurrió en un lugar distante unos 80 km de General Rodríguez. Los cadáveres -previamente mantenidos en una heladera o cámara frigorífica durante unos tres días- fueron arrojados para despistar a los forenses, dice el artículo.
Además de esa maniobra de los asesinos, la revista Noticias señala que el principal sospechoso del crimen es "un oscuro personaje de Quilmes, Martín Lanatta, quien se jacta de tener vinculaciones políticas con el jefe de Gabinete, el también quilmeño Aníbal Fernández".
Y añade que la muerte de Forza "se produjo mientras él pergeñaba un plan para matar a un poderoso competidor del mercado de la efedrina, el empresario Esteban Pérez Corradi".
Por lo que se ve, a un año y dos meses de la masacre, la causa del Triple Crimen no deja de dar sorpresas. "Noticias" plantea la hipótesis de que la aparición de los cuerpos en General Rodríguez fue una maniobra para confundir a los investigadores.
Define al triple asesinato como un "cóctel explosivo que vincula negocios millonarios, narcotráfico, relaciones políticas y traiciones. Un planteo criminal que no dejó hilos sueltos y logró embarrar la investigación judicial, aunque ahora empiecen a develarse nuevas certezas que prueban lo errado de las hipótesis iniciales".
Como se sabe, la versión oficial habla de un secuestro seguido de muerte. Bina, Ferrón y Forza desaparecieron el jueves 7 de agosto del 2008 y la primera autopsia practicada a sus cuerpos estableció que los habían matado el lunes 11. "Ahora, los investigadores creen que a estos empresarios -en un principio, considerados simples buscavidas que hoy aparecen como personajes más turbios-, los asesinaron a pocas horas de haberlos capturado", describe la revista.
"Noticias" esboza cómo los investigadores sacaron una conclusión a partir de la coquetería de una de las víctimas.
"La sospecha es que los asesinos preservaron los cadáveres en un sistema de frío para demorar el proceso de putrefacción, lo que en un principio confundió a los peritos sobre la verdadera fecha de muerte. La obsesión por la pulcritud de Bina fue medular (la víctima depilaba su cuerpo, asegura). Recientes estudios revelaron que el vello corporal de Bina no había crecido, como se podría suponer en el caso de que haya permanecido días en cautiverio. Su ropa estaba limpia".
