Cuando parecía que Gimnasia se quedaba otra vez con las manos vacías sin merecerlo. Cuando San Lorenzo ya disfrutaba del liderazgo solitario del torneo Apertura, apareció el gol, ese que le era esquivo al Lobo: en el último minuto, Rubén Maldonado, de cabeza, le dio el empate a Gimnasia, después de ir ganando (1-0) y perdiendo (1-2).
No jugó un buen partido San Lorenzo, tampoco fue mejor que su rival. Pero a diferencia de Gimnasia, el Ciclón encontró una solidez colectiva y cierta mecanización en su funcionamiento que le permitía ir ganando. Sin embargo, no lo liquidó en el segundo tiempo, cuando Gimnasia se lanzó a la búsqueda del empate, y dejó en La Plata dos puntos y la punta.
Gimnasia mereció más, pero a diferencia de San Lorenzo, su estructura es débil y sufre cada vez que lo atacan. Anoche tuvo la pelota, dispuso de espacios y creó chances de gol, pero su baja eficacia ofensiva lo hizo sufrir hasta el final.
Y también el árbitro Saúl Laverni, que imaginó un penal que no fue, el de Romero sobre Aureliano Torres, y que le permitió a San Lorenzo empatar el juego que perdía 1-0, tras error de Migliore, que Vizcarra cambió por gol.
En el complemento, el gol de Pablo Pintos hundió en la angustia al Lobo. Aún así, no renunció a la búsqueda del empate, que encontró en en el final. Era lo menos que Gimnasia debía llevarse de su cancha.