Viernes 30 de Octubre de 2009 Edicion impresa pag. 2 > Nacionales
La clase media, cada vez más lejos de la vivienda propia

Desde hace ya algunos años, la falta de un soporte financiero tanto público como privado, sumado al fuerte encarecimiento del metro cuadrado de construcción, clausuró casi totalmente el acceso de la clase media argentina a la vivienda.

Un informe de la consultora porteña L. J. Brokers estimó con datos propios que el ingreso familia promedio en 1999 era de unos u$s 3.200 en el segmento medio de la sociedad. En 2009, tras la devaluación que siguió a la gran crisis de 2001, este se redujo a u$s 1.500. Por otro lado, afirma que el valor del metro cuadrado de un departamento en Buenos Aires a fines de la década del 90 era de aproximadamente u$s 1.000, mientras que en la actualidad alcanza los u$s 1.400. Antes del conflicto con el campo y la crisis mundial había llegado a los u$s 2.000 promedio.

Pero ese no es el único inconveniente. La oferta histórica de departamentos también se redujo y eso empujó el precio. Pese al boom de la construcción en los últimos tiempos, el documento estimó que hace unos 35 años, en la ciudad se producían unas 15 viviendas por año cada 1000 habitantes. "Hace unos meses, el promedio mostró un descenso a 7,2 viviendas".

Como si fuera poco, el crédito para el acceso a la vivienda está casi extinguido en la Argentina. Sólo el Banco Hipotecario, a través de fondos de la Anses, y el Ciudad ofrecen financiamiento a los interesados, pero a tasas que llegan a un 20%, plazos no tan extensos y con difíciles requisitos.

Durante la gestión del kirchnerismo, el salario nominal promedio creció cerca de un 70%. Pero los sueldos fueron pesificados y los precios de los departamentos no, agrega el informe. Por otro lado, la inflación real mermó, durante los tres últimos años, la capacidad de ahorro de la clase media, por lo que es difícil para esos hombres y mujeres crear el "colchón" para acceder a un crédito.

Igualmente, después de la crisis financiera global que azotó al mundo, las tasas de interés se dispararon y, al margen de que casi nadie califica, la gente no se anima a tomar estos créditos porque las tasas son impagables.

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