Jueves 29 de Octubre de 2009 > Sociedad
¿Qué le pedimos a Diego que sea si él es lo que nosotros somos?
La forma en que reaccionamos ante sus bravuconadas nos pinta cómo somos, dice la filósofa Esther Díaz a "Río Negro on line".

Adoramos a alguien.
O lo denostamos.


No tenemos término medio: nos identifican los extremos.


Quien piensa así es la filósofa Esther Díaz, quien a partir del último exabrupto de Maradona, analiza "cómo somos", en general, los argentinos.


Además de su talento innato y magistral, Maradona es una construcción que hemos hecho como sociedad, argumenta Díaz: "nadie es lo que es sin un entorno que lo hace".

Por lo tanto, en la Edad Media, Diego hubiese sido un chico más que habilidoso, que iba de aldea en aldea con su arte y que finalmente recibía algunas monedas más fuertes aplausos.

En una sociedad mediatizada y planetaria, ese mismo chico ultracreativo con la pelota en una cancha es un Dios que "responde a la perfección a la cultura del fútbol, que es violenta, machista y sexual".

Entonces, en uno de sus tantas provocaciones -de lo que Diego ha hecho un marketing perfecto- "nos enojamos con él pidiéndole que actúe como una chica de liceo o como la Madre Teresa".

"Desde los 16 años Maradona no hace más que reproducir lo que hemos producido en él", insiste la filósofa en diálogo con "Río Negro on line".

¿Cómo se entiende esta reacción ante el convite "de una mamada", que viniendo de él solo suena a desparpajo?

"La cultura del enojo: es la que nos pinta de cuerpo entero. Para el argentino, todo siempre está mal. Es una constante esta conducta, en nosotros. Todo el día, desde siempre. Además, somos crueles con los demás porque no somos autocríticos. Siempre la culpa la tiene el otro", dice Díaz.

 "Sin negar lo obvio y sin caer en un optimismo tonto, la tendencia es ver siempre la parte vacía del vaso. No somos indulgentes ni con nosotros mismos". Terrible. Tan terrible que cuando nos vemos fielmente reflejados en Maradona nos enojamos.Y como el espejo no miente, ¿qué hacemos? Sencillo: rompemos el espejo.

 Horacio Lara
hlara@rionegro.com.ar

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