Lentamente se está normalizando la situación en los principales puntos fronterizos del Brasil, donde estaban varados hasta ayer cientos de camiones argentinos con mercadería, a la espera del visto bueno del gobierno del vecino país para poder ingresar a su territorio.

Unos 50 camiones frigoríficos cargados con peras y manzanas de la región recibieron ayer al mediodía la autorización de pasar, previa presentación de la licencia no automática remitida por el gobierno brasileño y la cancelación de una multa de 2.500 reales (1.500 dólares) por camión. El resto deberá esperar que el Banco de Brasil libere los permisos que habilitan el paso de la mercadería.

Paralelamente, el gobierno de "Lula" ratificó la reanudación desde la semana pasada de la práctica de exigir licencias no automáticas para la importación de productos argentinos, en el marco de una nueva ola de fricciones comerciales entre los dos principales socios del Mercosur.

Es decir, la crítica situación se mantiene. El comercio sigue trabado ya que para exportar frutas hacia Brasil, la Argentina deberá solicitar las licencias no automáticas que otorga el Banco Central de ese país. Una vez que las empresas frutícolas reciban toda esta documentación, estarán en condiciones de normalizar el flujo de peras y manzanas hacia ese destino. Fuentes de CAFI aseguraron que "toda esta situación se normalizará en los próximos tres o cuatro días". Desde el gobierno neuquino exigen que la situación comercial se retraiga a las condiciones anteriores, cuando las licencias eran automáticas (ver aparte). Por su parte, el gerente de CAFI, Marcelo Loyarte, confirmó ayer la apertura parcial de la frontera para la frutas argentinas, pero aclaró que "trabajar con este nivel de presión en frontera puede complicar las operatorias comerciales con Brasil. Incluso podemos llegar a tener incompatibilidades con el manejo del SMR si las licencias tardan en salir más de lo normal". Remarcó que solicitarán que se vuelva al "libre comercio" existente previo al conflicto, que es lo que les daría garantías y previsibilidad en el negocio.

El temor de los empresarios locales, claro está, es que no exista el flujo de comercio de frutas proyectado previo a la crisis con el mercado brasileño. Si vuelven las trabas, mucha de la manzana hoy en frío deberá ser reorientada al mercado interno con valores por debajo de los que se pensaban cobrar si esa fruta se vendía en São Paulo o Río de Janeiro. Desde la Cancillería argentina aseguraron que las conversaciones continuarán y trabajarán para agilizar toda la nueva documentación que hoy requiere Brasil para poder importar fruta hacia sus mercados.

(Redacción Central)