Jueves 29 de Octubre de 2009 Edicion impresa pag. 35 > Deportes
En casa es feliz
Fiesta completa: reinauguración y triunfo ante Colón. El equipo del Tolo quedó a tres de los líderes y sueña.

Fue una noche histórica la que se vivió en el reinaugurado estadio Libertadores de América y el triunfo de Independiente (20) ante Colón (21), por 3-2, fue la "frutilla del postre", como había pedido antes del partido el presidente Julio Comparada.

Es que los 32 mil hinchas Rojos que protagonizaron la "fiesta infernal" volvieron a su ´casa´ después de dos años y diez meses, tras un peregrinar indeseable por los estadios de Racing, Lanús, Huracán y Vélez.

La noche en el remodelado estadio de estilo europeo (se gastaron 35 millones de dólares) arrancó realmente bien para el equipo del Tolo Gallego porque a los dos, cuando recién se acomodaba la historia, Andrés Silvera recibió un buen pase y definió aún mejor de zurda, para poner el 1-0 y llevarse una gran ovación.

El Cuqui volvió a ganar tres minutos después, pero su cabezazo se fue cerca. En el inicio el Rojo fue mejor, pero con el correr de los minutos el Sabalero lo emparejó. El equipo del Turco Mohamed aprovechó la única chance clara que tuvo y puso la igualdad, porque Federico Nieto anda derecho y la clavó en un ángulo.

El juego se trabó un poco y se hizo de mitad de cancha, hasta que a los 43 el Patito Rodríguez armó una apilada por izquierda, sirvió el balón al medio y el otro peque, Ignacio Piatti, tomó el balón, se lo llevó entre un par de rebotes para poner el 2-1

A la vuelta de los vestuarios el partido se llenó de imprecisiones, faltas y discusiones. El Sabalero no encontró casi nunca los caminos para llevar peligro hasta los feudos de Gabbarini y el panorama para la visita se complicó cuando, de manera exagerada, Saúl Laverni le mostró el cartón rojo al Bichi Fuerte, por un aparente codazo que sonó más a teatro de Walter Busse.

Lo mejor estaba en las tribunas, con el color y la euforia de los hinchas, hasta que en una contra Piatti se fue solo contra Pozzo, lo eludió con maestría y definió de zurda, para hacer brotar el delirio en el "infierno". El descuento de Alfredo Ramírez, con complicidad de Gabbarini, no alcanzó a aguar la fiesta, que fue total, completita.

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