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ESCENARIO: Todo antes del 10-D, la nueva orden K | ||
Aunque suene disparatado -¿hay algo que no lo sea en la Argentina de hoy?-, la clave la dio Hebe de Bonafini, hace una semana: "Todo va a ser antes del 10 de diciembre. O sea, que al enemigo no le dimos ni agua ¿Querían después del 10? No, señores. Antes del 10". Y fuentes calificadas de la UCR -que en diciembre se apresta no sin dificultad a conformar un comité nacional de unidad con Julio Cobos adentro-, aceptaron ante la consulta de "Río Negro" que será poco lo que pueda hacer la oposición para evitar que el kirchnerismo imponga en otro trámite urgente la reforma política que anunciará hoy la presidenta Cristina Fernández. Pese a los duros reparos esgrimidos por el conglomerado que se impuso en las legislativas del pasado 28 de junio y que hoy está a la defensiva, los que aspiran a hacer resurgir el bipartidismo están de parabienes. No lo exteriorizan porque les disgusta que se pretenda comparar este intento reformista con el Pacto de Olivos entre Carlos Menem y el extinto Raúl Alfonsín, que tanta desconfianza irradió en la ciudadanía. En el caso del Justicialismo, bastoneros del peronismo oficial, aceptan que se está cosiendo "un traje a medida" para Kirchner, para obligar a los disidentes (Eduardo Duhalde, Felipe Solá, Francisco de Narváez, Carlos Reutemann y los Rodríguez Saá, entre otros), a jugar fuera del sello PJ. El pingüino tendría así una ventaja táctica. A los radicales orgánicos se los veía complacidos con las internas abiertas, simultáneas y obligatorias que le permitirían consagrar un único candidato que, prima facie, también tiene nombre y apellido: Julio Cobos, quien se vería obligado a no ilusionarse con pretender hermanarse con Mauricio Macri y de Narváez. También se lo contentó al socialista Hermes Binner, porque el modelo es el santafesino, que se aplica con resultados positivos. Claro que allí se venía de una nefasta ley de lemas. Una lectura rápida del proyecto aún inconcluso indica que la principal perjudicada es "Lilita" Carrió y agrupaciones pequeñas, pero fuentes de la oposición requeridas por "Río Negro" indicaron que la clave estará en las normas para establecer alianzas. "Es un avance en la democratización interna de los partidos, pero habrá que poner una lupa en el tema del financiamiento. Las transferencias deberán ser automáticas y no quedar supeditadas a la orden del ministro del Interior", avisaron. Como hoy los principales dirigentes anti K anunciaron que desairarán la invitación para ir a la Rosada a escuchar el discurso de Cristina, la expectativa se focalizará en cuántos gobernadores e intendentes responden al llamado del nuevo clarín de batalla del kirchnerismo.
ARNALDO PAGANETTI | ||
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