Miércoles 28 de Octubre de 2009 Edicion impresa pag. 24 > Salud
Síndrome urémico hemolítico, primero en Argentina
Si bien los más afectados son menores de 5 años, también alcanza a los adultos. El 20% de los trasplantes renales se debe a los daños que causa esta enfermedad.

El síndrome urémico hemolítico (SUH) puede deberse a diversos motivos, pero en la gran mayoría de los casos lo causa una bacteria que deposita toxinas que ella misma genera en el intestino de la persona afectada. Y esas toxinas son las responsables de los daños.

La Argentina es el país de más incidencia en el mundo, y por lejos.

Para citar algunos ejemplos, en Canadá o Japón se enferman por año entre 1 y 3 niños cada 100.000 (menores de 5 años); en Chile y Uruguay, entre 4 y 5; aquí, unos 12 menores de cinco años cada 100.000 resultan infectados.

La palabra hemolítico se relaciona con el daño que causa la enfermedad en los glóbulos rojos y el término urémico con el deterioro que puede generar en los riñones.

Además, también pueden resultar comprometidos, por ejemplo, el sistema nervioso central, el corazón y el páncreas.

Los síntomas son variados, como palidez, vómitos, cambio de carácter, disminución de la eliminación de orina.

Los especialistas calculan que un 60% de los menores de cinco años que contraen la enfermedad se curan por completo después de un par de semanas en las que, en general, se requiere de internación.

Pero un 30% resulta con secuelas permanentes como insuficiencia renal crónica, hipertensión arterial y alteraciones neurológicas.

Aproximadamente el 5% necesita trasplante de riñones o hemodiálisis permanente y entre el 3 y 5 por ciento restante no logra superar la enfermedad y finalmente muere.

 

En niños mayores puede ser más grave

 

La bacteria que desencadena el síndrome urémico se encuentra en gran medida en los intestinos de vacunos.

Cuando estos se faenan o en su manipulación posterior, el microorganismo puede transmitirse a otras partes del cuerpo del animal, y así los cortes llegan a la venta infectados.

De ahí la recomendación de cocinar bien la carne y no sólo la vacuna, ya que la bacteria está presente también en otros animales, como las aves.

Con una cocción a 70° C se la elimina, y esto significa que no deben quedar partes rojas, ni siquiera rosadas.

Al picar carne las cosas se complican porque se lleva la Escherichia coli de la superficie del corte hacia el interior y la bacteria se disemina por todo el preparado.

De ahí la importancia de tomar particulares precauciones al cocinar carne picada.

Respecto de las hamburguesas, la Sociedad Argentina de Pediatría destaca que para estar bien cocidas no deben presentar partes ni rojas ni rosadas y su jugo debe ser traslúcido.

Un factor que distingue a esta bacteria de otras es que son necesarias muy pocas para infectar a una persona.

Sin embargo, las medidas preventivas son muy sencillas.

La doctora Cristina Ibarra, profesora de la UBA e investigadora del Conicet, destaca que con estas medidas no sólo se previene el contagio del SUH, sino de más de 200 enfermedades transmitidas por alimentos.

Por otro lado, si bien las campañas de prevención del SUH hacen hincapié en cuidar a los menores de cinco años, la enfermedad puede aparecer en edades mayores

Ibarra explica que "no hay estudios epidemiológicos de la incidencia en adultos, no obstante existen estudios que muestran que chicos mayores de cinco años y adultos de la tercera edad pueden padecer síndrome urémico hemolítico".

"Se vio -agrega- que la toxina afecta más al cerebro que al riñón en los chicos mayores de cinco años y en esos casos es más grave, aunque aún faltan estudios epidemiológicos que lo corroboren."

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