CIPOLLETTI (AC).- "Trabajamos para APRA", dijo la mujer que le respondieron las personas que habían cargado de manera violenta a dos perros en una camioneta. Los animales la despertaron con sus "alaridos de dolor", en la madrugada. Pero no eran de la protectora sino "empleados del municipio". Justo ella es socia de la entidad y alertó lo que estaba pasando. Se empezó a sumar gente y también se presentó la policía ante el revuelo que se armó en pleno centro.

Inmediatamente después, la vecina Susana Campillo, acompañada por miembros de la Asociación Protectora de Animales, fue a la comisaría Cuarta a radicar una denuncia por infracción a la ley 14346, que prohibe malos tratos y actos de crueldad a los animales.

El tema no es nuevo. Ya hace unas semanas la gente de APRA salió a alertar sobre la presencia de una camioneta que cargaba animales y que los llevaba "con destino desconocido" con la única intención de exterminio. El municipio -que por ordenanza es no eutanásico- reconoció entonces que un vehículo recogía animales en función de la peligrosidad o por denuncias de pobladores, pero aclaró que la orden era dejarlos en la guardería del corralón municipal.

El incidente ocurrió a las 2 de ayer en Roca y Belgrano, cuando Campillo escuchó los "alaridos" de los perros. Los animales estaban sobre la camioneta de la que tanto hablaban otros vecinos, "sin patente". Los habían enlazado con una gruesa soga. Ella se paró delante del vehículo en marcha, en pijama, y llamó a APRA. Los perros fueron liberados.

"Éste es un municipio no eutanásico y seguirá así, pero defiende el uso del espacio público para el esparcimiento, recreación y circulación de las personas. Las mascotas deben ser criadas en los domicilios, de manera responsable", enfatizó Claudio Di Tella, titular de Servicios Públicos.