CóRDOBA.- Los primeros cuatro testigos, de los 27 previstos, declararon ayer en la tercera jornada del juicio que se sigue al ex titular del Tercer Cuerpo del Ejercito, Luciano Benjamín Menéndez, y otros cinco represores de la dictadura militar.
Dos hermanos y la viuda del desaparecido subcomisario y militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), Ricardo Fermín Albareda, ocurrido el 25 de setiembre de 1979, además del ex jefe del Departamento de Informaciones Policiales (D2), Francisco Agresta, abrieron la ronda de testimoniales.
"Mi madre tenía una salud muy delicada y las últimas energías las gastó en buscar a mi hermano porque nunca admitió que podía estar muerto", relató ante el Tribunal Oral Federal 2 (TOF2) Armando, quien al igual que su hermano desaparecido se desempeñaba en la Dirección de Comunicaciones de la Policía.
Asimismo añadió que desconocía la militancia política de su hermano, aunque si dijo que "vagamente" sabía de cierta ideología que en algunas oportunidades manifestaba su "descontento" con las políticas de la dictadura militar que gobernaba el país en ese momento.
También destacó que por ser el desaparecido el hermano mayor "era como un padre para mí porque se encargó y se preocupó para que yo creciera debidamente. Fue muy grande el daño que me causó su desaparición" añadió mientras sostenía que mucho tiempo después supo el destino que tuvo su hermano.
En otro pasaje del testimonio también remarcó que su madre iba todos los días al cuartel para tratar de contactarse con Menéndez pero "nunca fue atendida". El subcomisario Albareda fue secuestrado, torturado y asesinado en el centro clandestino de detención del Departamento de Informaciones Policiales que tenía en el ´Chalet de Hidráulica´ ubicado en el embudo del dique del Lago San Roque en la ciudad turística de Villa Carlos Paz. También testimonió Susana Montoya de Albareda, viuda de la víctima, quien también dijo desconocer de la militancia política de su esposo y relató que cuando ocurre la desaparición del entonces jefe de policía, Rodolfo Campos, le dice que la ausencia se debía a que Albareda se había ido con otra mujer. (Télam)