Lunes 26 de Octubre de 2009 Edicion impresa pag. 6 > Regionales
La Iglesia dice que crece la pobreza en Neuquén
Sacerdotes que trabajan en los barrios aseguran que hay más carenciados. En escuelas religiosas los alumnos se quedan después de clase para comer.

NEUQUÉN (AN).- La Iglesia neuquina advierte un crecimiento de la pobreza, ya que cada vez son más las familias que recurren a parroquias y templos a pedir alimentos. Además, algunos curas no creen en la falta de recursos económicos como dice el gobierno de Jorge Sapag (ver aparte)

Los datos del crecimiento de la demanda de los sectores más humildes se observa en parroquias del Oeste, Alta Barda y Centenario. Además el impacto se visualiza en los colegios religiosos donde los chicos optan por quedarse después de clase para poder comer.

"Río Negro" consultó a sacerdotes que realizan trabajo social en diferentes lugares de la ciudad y todos coincidieron en señalar que existe un incremento en el número de personas carenciadas, aunque ellos no tienen estadísticas precisas.

El titular de la Pastoral Social, Rubén Capitanio, relató que en su parroquia de Centenario asisten con alimentos a unas 24 familias por mes. "Pero por semana caen 20 familias a pedirnos comida por lo que la demanda ha crecido en este último tiempo un 80 por ciento. Antes nos pedían ropa o ayuda para comprar remedios ahora directamente comida, de hecho la semana pasada Caritas se quedó sin stock por lo que tuvimos que ir a comprar", detalló Capitanio.

El padre Antonio Qualizza que desarrolla su tarea evangelizadora en la zona oeste de la capital neuquina cuenta que "estamos atendiendo con el programa Cocina Solidaria Familiar (Cosofa) a unas 30 familias y por semana como mínimo tres familias nos vienen a pedir sumarse al programa pero no los podemos incorporar porque ya no tenemos cupos ni forma de dar respuesta".

En Alta Barda, Fernando Barrufet también ha observado un incremento de la demanda de alimentos de parte de los feligreses. "Nos manejamos con el programa Comer en Casa mediante el cual asistimos a 32 familias con bolsones de alimentos que se entregan una vez por mes, pero semanalmente estamos incorporando una familia nueva que llega a la Iglesia porque se quedaron sin trabajo y no tienen ya ni para comer", confió el sacerdote que trabaja con una comunidad que define como "de clase media un cuarto".

El impacto del crecimiento de la pobreza no sólo se percibe en las iglesias de los barrios sino también puertas adentro de los colegios religiosos.

Fabián Colman párroco del colegio San José Obrero confía que "se nota que en las casas la cosa no anda bien desde lo económico, porque cada vez se quedan más chicos a comer". El clérigo denuncia que "los muchachitos están cada vez más precarizados desde lo económico y lo emocional y esta fragilidad influye en la conducta de ellos".

Para los curas esta pobreza que viene en aumento "está vinculada directamente a la falta de políticas claras del gobierno que no hace una correcta redistribución de las riquezas" priorizando a los más humildes.

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