HAMBURGO (DPA).- A sus 58 años, Sting sigue buscándose a sí mismo en "If On a Winter´s Night...", un recorrido por canciones populares inglesas, temas del compositor barroco Henry Purcell y una traducción de "El organillero" ("Der Leiermann") de los "Winterreisen" de Schubert.
Inquieto por naturaleza, y renovador constante, apasionado de la música evidentemente, Sting habló con dpa de su nuevo y particular álbum, que sale a la venta hoy en todo el mundo.
-Primero, temas acústicos con cánticos corales del siglo XVI y ahora baladas medievales sobre el invierno: se ha producido un cambio radical en el tipo de música al que nos tiene acostumbrados, ¿por qué?
-Creo que se debe a mi curiosidad por los distintos tipos de música. No me gusta pulsar siempre las mismas teclas y producir álbumes de la misma forma. Estoy permanentemente buscando. Intento encontrar algo que me plantee un reto como músico o cantante. Y también se trata de sorprender a la gente. Creo que de un tiempo a esta parte mis fans han aprendido a confiar en mi instinto y a creer que voy a introducirles en un viaje musical que vale la pena.
-¿Es nuevo ese interés por la música de siglos anteriores, o siempre estuvo latente?
-Siempre me ha interesado la música en su totalidad. La considero un lenguaje propio, sin divisiones de géneros como jazz, rock o pop. Cuando interpreto un tema clásico no intento sonar a Plácido Domingo, sino hacerlo a mi manera. Algunos lo consideran horrible, otros interesante.
-Pero en cualquier caso, se trata de un tipo de música menos comercial...
-Eso no me preocupa. Por supuesto que es agradable vender discos, y he vendido algunos. Pero no hay garantías. Lo importante es mantenerse fiel a uno mismo. Este es el tipo de música que en este momento me fascina. Si coincide con el gusto del público en general, me hará muy feliz. Si no, quizá no debiera sorprenderme. Pero éste es mi viaje espiritual. Hasta ahora he tenido suerte. Hay gente a quien le llega mi música. Quizá un día se acabe, y estoy preparado para ello. Pero no tengo otra elección, sólo puedo hacer lo que me interesa de verdad.
-Una de las ventajas de hacerse mayor es que es más fácil ser aceptado, ¿no? Hace diez años, ¿cree que estos álbumes de Sting habrían sido bien recibidos?
-No tengo ni idea... Está claro que la edad tiene algo que ver. Y la libertad: ahora puedo hacer lo que me apetece. Y puedo esperar, que los fans me sigan, aunque sea un camino que suene ilógico. Siempre hay que asumir un riesgo.
-¿Cómo surgió la idea de hacer un álbum dedicado a temas invernales?
-El sello (Deutsche Grammo-phon) me sugirió que en algún momento hiciera un álbum navideño. Y dije: no, no, no y no. No me gustan los temas sobre el reno Rudolf, Santa Claus o Frosty el muñeco de nieve. Me aburren. Pero sí me planteé hacer un álbum sobre canciones de invierno.
-¿Y el resultado fue como se lo esperaba el sello?
-Nunca les doy lo que esperan de mí, pero han aprendido a confiar. En realidad, no quiero dar a nadie lo que espera de mí. Eso me hace feliz.
-Pero sí hay algo de la Navidad en el CD.
-Por supuesto, ya que la Navidad es el día más importante del invierno. Pero ahí veo un contexto más amplio. Muchos símbolos de las fiestas invernales son mucho más antiguos que el cristianismo. Entonces se trataba más del cambio de año que de la salvación. Y yo quería traer las viejas imágenes a la actualidad. La Navidad aparece por ejemplo en el tema "Cherry Tree Carol", en el que José abiertamente se enfada porque María tiene un hijo de otro. Esa cara de las cosas no la he escuchado antes.
-¿Cuál es su recuerdo más importante del invierno?
-De niño, iba a menudo con mi padre por la leche. Hiciera el tiempo que hiciera, salíamos a las 5 de la mañana, tanto si hacía sol, llovía o nevaba. Me acuerdo de lo solos que íbamos por esas calles nevadas. Entonces, la nieve era algo mágico, porque transformaba el gris de mi ciudad natal en un mundo de fantasía. El invierno me sigue pareciendo la época de la fantasía. La época del fuego en las chimeneas, de las historias y los espíritus.
-Entonces, los inviernos actuales no le gustarán mucho...
-Sí, siento cierta nostalgia de los inviernos duros. Echo de menos ese frío de zapatos cálidos, abrigo y gorro, y observar un extremo de la naturaleza. Nuestra mente necesita el invierno, ese tiempo para regenerarnos y pensar. La falta de un invierno auténtico en Europa nos quita una parte de nuestra esencia humana. Y eso es algo serio.
-¿Dónde es mejor que uno escuche su disco?
-Yo propondría dos posibilidades: O en una habitación oscura, iluminada sólo por el fuego de la chimenea o una estufa, o fuera, en el paisaje invernal, con un MP3.
-A los 58, ¿está uno también en el invierno de su vida?
-Creo que todos escuchamos el reloj biológico, tanto los jóvenes como los viejos. Eso nos hace humanos. Sólo tenemos dos opciones: O nos hacemos mayores, o morimos... Yo aún no estoy realmente preparado para la muerte, trabajo en hacerme mayor. Pero si viviéramos eternamente no sería tan interesante.
-¿Cómo es un día perfecto para Sting?
-Es una mezcla de tres cosas: La primera, pasar tiempo con mi familia; la segunda, estar solo, y la tercera, hacer algo creativo en el estudio. Y después, volver con la familia. Si aún me hablan.
-¿Y por qué no iban a hablarle?
-A veces se quejan de que desaparezco durante demasiado tiempo.
-¿Volveremos a escuchar un disco de rock de Sting?
-Eso no lo descarto. Pero quiero sorprender a la gente, quiero sorprenderme a mí mismo. Por ejemplo, podría hacer un disco techno-dance. En realidad, puedo hacer lo que me apetezca.
