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"El rock es más poderoso que el agua" | ||
Charly hizo historia con el regreso del viernes, bajo una torrencial lluvia | ||
BUENOS AIRES (DPA).- "El rock es más poderoso que el agua". Así lo resumió Charly García poco antes de dar fin a un concierto inolvidable en el que ni la lluvia torrencial ni el viento desanimaron a los miles de fans que llegaron hasta el estadio Vélez Sarsfield para "volverlo a ver" en los escenarios. Pocos días antes de la cita, García había confesado en una entrevista que, al igual que aquella vez en el estadio de Ferro, en 1982, cuando dio su primer concierto solista, buscaba "hacer historia" con este show, el primero en Buenos Aires después de una internación de más de un año por su adicción a las drogas y el alcohol y fijado para el día de su cumpleaños 58. Y la hizo. Hombres y mujeres, padres e hijos deliraron con un repertorio de más de dos horas en el que abundaron clásicos de la carrera solista de García como "Fanky", "Demoliendo hoteles", "Promesas sobre el bidet", "No voy en tren", "Canción de dos por tres", "Nos siguen pegando abajo", "No me dejan salir", "Yendo de la cama al living", "Raros peinados nuevos" y "Hablando a tu corazón", no muy distinto al de los dos shows previos en Lima y Santiago, aunque con algunas variaciones. En uno de los momentos más emotivos del show, cuando Charly invitó al escenario a otro de los compositores más importantes del rock argentino, Luis Alberto Spinetta ("mi ídolo y maestro"), para tocar junto a él "Rezo por vos", un cielo que se había ido tiñendo de negro después de una jornada primaveral de temperaturas veraniegas descargó toda su furia sobre Buenos Aires. Nadie abandonó el estadio. Munidos de paraguas o con precarias bolsas de plástico sobre la cabeza, los alrededor de 40.000 fanáticos de Charly de todas las edades siguieron delirando al ritmo de su música. A algunos incluso se los podía ver bailar solos, algo apartados, dejando caer sobre sí la lluvia en una suerte de ritual íntimo que recordaba a una suerte de "Woodstock" sin barro. Pocos días antes, García había prometido un espectáculo visualmente imponente, con fuegos artificiales y personas colgadas de arneses, ideado por el creador del grupo de teatro De la Guarda, Pichón Baldinú. La lluvia dejó en el camino varios efectos; ni siquiera pudieron colocarse todas las pantallas por el viento; pero lo que faltó en efectos especiales, lo proporcionaron los relámpagos que destellaron durante toda la noche sobre el escenario. El público no dejó de festejar a su ídolo durante todo el show. Lo coreó, le cantó el feliz cumpleaños; muestras, quizá, de un íntimo agradecimiento por poder volver a disfrutar de un show del gran músico. García, por su parte, se mostró bastante suelto sobre el escenario y bromeó más de una vez con su público, como cuando bautizó su show como "el primer concierto subacuático del mundo" . Cubierto con un poncho blanco, se levantó varias veces de la butaca del piano para cantar sobre el borde del escenario, hacer palmas o bailar, animado, junto a Hilda Lizarazu, responsable de los coros; acompañado de una banda que destiló energía, integrada por Fabián Quintiero en los teclados, Carlos "Negro" García López en guitarra y por el trío de músicos chilenos Kiushe Hayashida en guitarra, Carlos González en bajo y Tonio Silva Peña en batería. Hacia el final del concierto tocó su tema nuevo, "Deberías saber por qué". Dos canciones después, anunció "un rock para terminar" y tocó la potente "Rock and roll yo". "¡Esto es rock and roll!" gritó y arrojó el micrófono al suelo para desaparecer tras bambalinas. Luego vendría un primer bis con "No me dejan salir" y "No toquen". Abrazado a sus músicos, de pie sobre el escenario, se despidió con un "Say no more, chau". Sin embargo, cuando el público ya comenzaba a abandonar lentamente el estadio bajo la incesante lluvia, Charly y sus músicos volvieron al escenario para tocar "No se va a llamar mi amor", tema incluido de uno de sus discos más emblemáticos, "Piano Bar". La gente volvió corriendo a su lugar. El campo fue una fiesta. "Nos vemos en la próxima tormenta", se despidió Charly. Una vez más, y en contra del pronóstico de más de un escéptico, había hecho historia. | ||
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