Domingo 25 de Octubre de 2009 Edicion impresa pag. 19 > Municipales
Los vicios

El hospital de San Martín de los Andes estuvo virtualmente cerrado cuatro días, por el "lock out" de la cooperativa prestadora de servicios de limpieza, a la que la provincia le debía (le debe) más de 300.000 pesos.

No sorprende. ¿Acaso los hospitales no vienen languideciendo desde hace años?

Lo que sí sorprende es que un ministro de Salud, a sabiendas de que hay una comunidad enojada, no haya tenido la cintura de prestar oídos. Vincent se reunió con los miembros de la cooperativa y se fue, ante el encono de los que esperaban a las puertas del hotel del ISSN.

Había algunos deseosos de insultarlo de cualquier modo. Para eso no hay remedio y, a propósito, fue una vergüenza el hostigamiento de algunos activistas a los laborantes de Cootrasmal, que habían pedido la reunión.

Pero muchos otros vecinos sólo querían saber qué respuestas había a las múltiples carencias del hospital. Poner la cara genera respeto, un bien escaso entre los políticos.

También sorprende la hostilidad prejuiciosa de aquellos que ven corrupción hasta en un trueque de ropa usada. Muchos de los que hace una semana rodearon el hotel donde se desarrollaban las negociaciones, estaban convencidos de que adentro se cocinaban chanchullos. Se antoja difícil tejer corruptelas delante de una asamblea de 45 trabajadores, angustiados

por sus sueldos.

Si se quiere ver el pelo en la leche, tal vez habría que preguntarse el porqué de tantas derivaciones al sector privado, para atender a pacientes que podrían asistirse en los hospitales, si los recursos que el estado transfiere al mercado de la salud fuesen volcados a ellos. Sólo en San Martín, donde no hay sanatorios, se transfieren 30.000 pesos mensuales.

Son millones en la provincia. ¿Y los sobreprecios que paga el estado? ¿Pueden justificarse sólo en el costo financiero añadido por sus atrasos? Luego: ¿qué diferencia hay entre lo que pasa en los hospitales y lo que ocurre en las escuelas, cuando faltan insumos, alimentos... porteros.

El gobierno se excusa en la caída de recursos (combinada con la fuerte suba del gasto). Pero hace unos años, cuando el crudo se disparaba y Sobisch gobernaba una provincia que parecía rica, los hospitales estaban mal y en las escuelas faltaban casi las mismas cosas. Se hacían edificios pero se despreciaba a las personas. Se valoraban más los ladrillos que a un anestesista o a un maestro.

Puede haber corrupción. Y escasez. Pero lo que hay seguro es una administración ruinosa, desde hace décadas. No se trata de buenos o malos administradores en tal o cual gobierno, sino de un sistema de gestión desquiciado; viciado por costumbres insanas, privilegios y titánica resistencia al cambio.

Algunos ejemplos "diminutos" de cómo el estado pierde recursos o deja de ganarlos: la fuerte alusión en la declaración de las obras sociales por atención en consultorios o guardia; genuinos ingresos que corresponden a los hospitales. Otro: cada vez que el hospital atiende una emergencia por accidente de tránsito, deja de cobrar 1.000 pesos a los seguros por no

tener un área financiera y contable adecuada.

¿Por qué no descentralizar la administración de fondos? ¿Es necesario esperar que la burocracia licite en Neuquén insumos que se necesitaban para "ayer", si cada hospital podría hacerlo según su plan y conforme un claro esquema de responsabilidades, para que nadie deje de rendir cuentas?

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