GINEBRA (DPA).- "Desencanto" y "frustración" fueron las palabras utilizadas esta semana última para describir las negociaciones sobre comercio en la Organización Mundial de Comercio, un mes antes de un encuentro a nivel ministerial.
No sólo no avanzan las negociaciones, sino que Brasil, un actor clave en las conversaciones, cree que el progreso hecho en los últimos ocho años está comenzando a revertirse. Y no es el único, dicen fuentes diplomáticas.
La OMC lanzó la actual ronda de conversaciones de Doha en 2001 en la capital de Qatar con el objetivo de que un comercio más liberalizado ayude a los países en vías de desarrollo a obtener acceso a mercados y productos que necesitan para salir de la pobreza. De todas maneras, las conversaciones parecen estar estancadas, según dicen diplomáticos en Ginebra, sede de la OMC, o incluso peor. Brasil teme que el proceso se esté complicando, dado que las disputas llevan a reabrir debates que ya parecían cerrados.
"Los países están malhumorados", dijo un diplomático, subrayando que muchos sienten que las conversaciones no están llevando a ningún lugar relevante.
Las conversaciones sobre productos agrícolas progresaron poco en los temas más espinosos e importantes, mientras que el diálogo sobre el comercio en servicios no produjo ningún resultado real. Las disputas entre países ricos y pobres se quedaron en temas como el acceso al mercado y los subsidios, incluso en el sector industrial, un área en el que hay más base de acuerdo. Todo se complicó más por la crisis económica global, que llevó a las economías más ricas a implementar paquetes de estímulo.
El mundo en desarrollo, en particular, está indignado con las medidas, ya que argumenta que distorsionan el comercio, dado que los pobres no pueden permitirse masivos paquetes de impulso de sus economías. Se estima que en 2009 el comercio caerá entre un 9 y un 10% y será el peor año para el comercio internacional desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
A fines de noviembre y comienzos de diciembre, los ministros de Comercio se reunirán en Ginebra para un encuentro de tres días. Será el primer encuentro a nivel ministerial desde 2005, a pesar de que las reglas de la organización establecen que se celebren cada dos años. Según los analistas, la sensación en Ginebra es que el objetivo de cerrar Doha a fines del año que viene está empezando a verse cada vez más remoto. "Las cosas no se ven bien. Y el tiempo se agota", comentó uno de ellos, especialmente pesimista.