NEUQUÉN (AN).- "Sobre el brocal del pozo/ encandilada por el tiempo/ la alondra muele la noche/ Sabe que la luz libera mariposas/ Las espera/ con monedas musicales en la boca". Con estos versos iniciales, María Teresa Martínez Lattanzi, comienza su primer libro de poemas "Atravesar la sed" editado este año por Ruedamares (el segundo de la colección "Anclajes") y presentado ayer por su autora en el Museo Gregorio Alvarez de Neuquén.

El libro contiene una parte importante del trabajo poético de María Teresa, profesora de filosofía y psicopedagoga, docente casi toda su vida, nacida en La Rioja, que desde hace varios lustros radica en la provincia de Neuquén.

Justamente, entre el paisaje y las vivencias del norte y el sur del país, la poesía es convocada por María Teresa como una manera de expresar sus memorias entre el diario vivir y los sueños que se materializan en los espacios lejanos de la juventud y la infancia, en los paisajes del terruño familiar, la soledad, las nostalgias, en las alegrías tan necesarias y en las tristezas que atraviesan la vida de la autora, con la serenidad de quien ha vivido, y reflexionado sobre sus pasos.

De la edición es responsables la escritora María Cristina Ramos, quien expresa en la contratapa del ejemplar: "Este es el libro de una sensibilidad que atraviesa su propio laberinto y sale de él siguiendo el hilo de la palabra poética. Poemas de contemplación donde la naturaleza siembra su señal de vida; poemas donde lo reflexivo intenta saldar ausencias y preguntas".

Sin renunciar al despliegue de un vasto friso personal, amable con los olivos de la tierra natal, y social, con referencias a casos conocidos (como por ejemplo Villa Trujuy, el sitio que saltó a los medios porque allí vivía la banda que secuestró y asesinó a Axel Blumberg), la voz narradora es fuertemente autorreferencial.