El Frente Grande reunirá hoy en Cipolletti a la Asamblea partidaria, un encuentro convocado semanas atrás y que terminó siendo inoportuno para el convulsionado presente de la fuerza en Río Negro.

La crisis que se desató el jueves con el pedido de expulsión para la senadora María José Bongiorno se agravó ayer, a partir de los reproches entre los propios dirigentes de la provincia.

Por caso, la legisladora nacional aseguró ayer que el ex diputado barilochense Julio Accavallo, quien participó de la decisiva reunión de la Dirección Nacional del partido, "sigue siendo el bufón del rey de turno", calificándolo también como un "chupamedias" que no tiene contemplaciones con tal de mantenerse cerca del poder.

En medio de este escenario, el objetivo que se planteó la conducción partidaria en las últimas horas aparece con ribetes insólitos: la idea es no abordar en la reunión de hoy el caso Bongiorno, justificando la postura en la ausencia de una notificación al Tribunal de Conducta del distrito sobre el pedido de sanción.

El presidente del Frente Grande en la provincia, Carlos Valeri, dijo a la agencia ADN que "formalmente no llegó el pedido que me debe llegar a mí como carta documento" y por eso en esta asamblea "no se discute la expulsión de ningún afiliado".

Otros dirigentes que dialogaron ayer con "Río Negro" consideraron poco seria esa estrategia, porque el partido se encuentra ante un severo riesgo de fractura y la asamblea montará una escena en Cipolletti como si nada pasara.

Esta posible división quedó ratificada por declaraciones de los diputados nacionales del Frente Grande rionegrino, Julio Arriaga y Lorena Rossi, ante este diario.

"La decisión de meterse con María José Bongiorno es injusta. Tendrían que haberme sancionado a mí también, pero no se atrevieron. Obviamente, si a ella la echan, yo me voy a ir", indicó el ex intendente de Cipolletti.

"La gente del Frente Grande nacional que se quede donde está, y que con ellos se quede Julio Accavallo; que no se metan en Río Negro, porque nosotros acá tenemos un proyecto provincial, y un candidato fuerte como es Alberto Weretilneck. Yo estoy con ese proyecto y con ese candidato, y voy a trabajar para que nos vaya muy bien. Y este proyecto, no tiene nada que ver con el de la dirigencia nacional del partido y sus adulones", agregó.

Rossi, por su parte, reiteró que se irá del Frente Grande si echan a la senadora y sostuvo que "como fuerza política, en la provincia de Río Negro, no podemos movernos de acuerdo a los intereses particulares de algunos dirigentes que buscan beneficios propios".

En este contexto, quien más incómodo se encuentra es el intendente Weretilneck. Con su candidatura provincial lanzada, el jefe comunal cipoleño procuraba ayer que las cuestiones disciplinarias y las disputas entre la dirigencia de Bariloche y la de Cipolletti no terminen dañando el proyecto provincial.

(Redacción Central)