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El Canaya pegó dos veces y tuvo su desahogo | ||
Independiente se quedó con las ganas de ser líder. | ||
Independiente (17) llegó hasta Rosario con la ilusión de saltar a la punta, donde al menos hasta hoy sólo quedó Estudiantes. Pero de esa ciudad se volvió con las manos vacías, porque se encontró con un Central (17) efectivo, que lo venció por 2-0 (Jorge Broun y José Zelaya). El Rojo, más allá del último empate con Chacarita, llegaba a este choque con el ánimo en alto, porque no perdía desde la cuarta fecha ante el Pincha y porque se había metido en el lote de arriba. Pero ayer sólo fue protagonista durante los primeros 30 minutos. Después se desdibujó y lo pagó caro, aunque también es cierto que el local no hizo demasido para llevarse el partido hasta que ya en el final la visita quedó "regalada". El Tolo Gallego entendió que las coordenadas del juego disponían inclinar los avances hacia el sector derecho de la defensa Canaya, y desde ahí la visita tuvo las situaciones más claras, aunque en esos primeros 45 minutos siempre se encontró con la buena respuesta de Broun. La faena del arquero se completó a los 31, cuando Mareque tocó una pelota con la mano dentro del área y el ´1´ la cambió por gol desde los 12 pasos. Antes había sido casi todo el equipo de Gallego, que tuvo su primera llegada a los 14 con un disparo de Mancuello, una media vuelta de Vella que se fue cerca y una atajada de novela del arquero local a Ignacio Piatti. Hasta el 1-0, el conjunto de Ariel Russo sólo había llegado una vez, cuando desde un saque largo la defensa visitante se durmió y Germán Castillejos quedó mano a mano con Gabbarini, que le ganó el duelo. Las cosas siguieron como en la etapa inicial, con un Independiente protagonista, en busca siempre del arco de enfrente, y un Central astuto, agazapado dispuesto a dar el zarpazo. En los primeros dos minutos del complemento el Rojo tuvo dos situaciones claras que consiguió desactivar Broun, aunque el arquero se equivocó en una salida y el error lo enmendó Burdisso. Claro, como en el fútbol la justicia no existe, Central pegó el segundo golpe sobre los 4, cuando Jesús Méndez le metió una pelota perfecta a Germán Castillejos y el atacante no falló. El Tolo, enojado y fastidioso, puso toda la carne al asador, dejó tres defensores en el fondo y sufrió varias contras. La primera a los 26, cuando Zelaya encaró a Gabarini mano a mano pero su disparo se fue por milímetros. El mismo delantero tuvo la revancha cuatro minutos después, pero el arquero volvió a ganar. Independiente ha esa altura era un equipo desdibujo, sin brújula, perdido en la cancha, casi de rodillas. Para colmo, sobre los 31 el Chipi Gandín se fue de boca con el árbitro Diego Abal y vio la roja. Y allí se terminó la historia. Sólo quedó tiempo para que Central tuviese un par de contras más que no concretó de milagro (Méndez erró un gol increíble). | ||
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