En un clima de fiesta y expectativa, los 2,5 millones de uruguayos habilitados para votar aguardan las elecciones nacionales de mañana en las que se elegirá al sucesor del presidente, Tabaré Vázquez, y se renovará totalmente el congreso bicameral.
La propaganda electoral cesó a la medianoche del jueves para entrar en un período de reflexión, pero el clima de tranquilidad y armonía se rompió súbitamente cuando el vicepresidente de la Corte Electoral, Renán Rodríguez, hizo declaraciones públicas cuestionando el plebiscito que habilita el voto por correo de quienes viven fuera del país.
Wilfredo Penco, otro de los ministros del mismo organismo fiscalizador de las elecciones, arremetió contra Rodríguez acusándolo de violar la veda política que prohíbe hacer proselitismo 48 horas antes de las elecciones. Penco evaluó que el caso podría ser sometido incluso a juicio político.
Los oídos de los uruguayos se sintieron más aliviados desde este viernes cuando cesó totalmente la propaganda política, callejera y en los medios de difusión, aunque siguen desplegadas las banderas, los pasacalles, permanecen empapeladas las paredes y se mantienen los puestos para la distribución de las hojas de votación.
La monotonía de la ciudad de Montevideo se vio alterada por unas horas este viernes, cuando caravanas de vehículos policiales recorrieron la ciudad llevando las urnas a los locales donde funcionarán, en total, 2.650 mesas de las 6.868 que habrá en todo el país.
Las calles de la capital, donde vive aproximadamente la mitad de la población total del país, lucen mayoritariamente embanderadas con los colores del Frente Amplio, lo que hace presumir que este distrito se consolida como bastión de la izquierda que gobierna allí desde 1990.
Los adherentes a la coalición de izquierdas están confiados de que se ganará nuevamente esta elección, aunque las dudas persisten sobre si será en primera o en segunda vuelta.
Las últimas encuestas, divulgadas el jueves, seguían mostrando al Frente Amplio, con el ex guerrillero José Mujica a la cabeza, con el 46 por ciento y un rango de posibilidades de alcanzar entre el 48 y el 50 por ciento; el Partido Nacional, con el ex presidente Luis Alberto Lacalle, tendría el 29 por ciento, con posibilidades de llegar al 30 ó 32 por ciento, y el Partido Colorado, encabezado por Pedro Bordaberry, entre el 10 y el 13 por ciento.
Para ganar en primera vuelta se necesitan la mitad más uno de los votos emitidos y hasta último momento se mantendrá la expectativa sobre si le alcanzará al Frente Amplio para evitar la segunda vuelta, marcada para el domingo 29 de noviembre.
En caso que deba irse a una nueva instancia, entonces las dudas surgen en torno al comportamiento de los seguidores del Partido Colorado y los demás partidos minoritarios que también participan.
Nadie puede asegurar que por afinidades ideológicas los "colorados" se vuelquen totalmente hacia el Partido Nacional, ya que de hacerlo, pondrían en riesgo la victoria de la izquierda.
Este domingo también habrá dos plebiscitos, simultáneos a la elección nacional: Uno será para anular la ley de impunidad que perdonó a militares y policías responsables de violaciones de los derechos humanos en la última dictadura (1973-1985) y otro para habilitar el voto por correo de quienes viven fuera del país.
En ambos casos también el resultado es una incógnita y "puede pasar cualquier cosa" porque los dos "están en el borde" de conseguir los votos necesarios, según dijo este jueves el reconocido analista Oscar Bottinelli.
"La creencia de la gente es que sale el voto epistolar y que es difícil la anulación de la ley de caducidad, pero hay un voto probable del 5-6 por ciento que permitiría pasar la barrera" de la mitad más uno de los votos emitidos, que es lo que exige la norma.
DPA.