CIPOLLETTI (AC).- Más de 150 hogares cipoleños se sumaron esta temporada al programa de huertas comunitarias que impulsa la secretaría de Acción Social junto al Pro Huerta del INTA. Con estos datos se eleva a casi 754 la cantidad de emprendimientos familiares que buscan mejorar la calidad de vida de las personas teniendo a disposición productos vegetales frescos para consumir. También se incrementó el número de huertas comunitarias que ya llegaron a 16.
En general, las huertas familiares producen verduras aunque en algunas también hay frutas y aromáticas para el autoconsumo. Todos los productos se obtienen a partir de métodos orgánicos.
Los participantes del programa reciben al inicio de cada temporada las semillas para plantar y asesoramiento periódico por parte de los operadores que trabajan en cada zona.
En cuanto a las huertas comunitarias, este año se sumaron dos a las catorce que venían funcionando. La diferencia con las que se desarrollan en los domicilios particulares, es que cuentan con superficies de cultivo mayor por lo que el municipio colabora con el aporte de horas de tractor para la preparación de la tierra. Durante esta temporada, ya se han distribuido en diferentes emprendimientos 250 horas de trabajo, que incluye arado y surcador.
En otros aspectos, también se ayuda con la entrega de nylon para el armado de invernáculos, mangueras negras y de riego por goteo, maderas, alambres y clavos.
Una de las que cuenta con mayor nivel de producción es la que se ubica en la zona de La Falda, en donde los huerteros trabajan individualmente su parcela, pero realizan trabajos comunitarios como el mantenimiento del lugar, la limpieza de los canales y comparten el invernáculo en el que producen plantines.
En otros casos, al objetivo de producción de alimentos para el auto consumo se le agregan fines terapéuticos y de contención. Así, se pusieron en marcha proyectos junto a los integrantes del programa Comunidades Vulnerables en el barrio Luis Piedrabuena, en el hogar de ancianos Kitralwe Peumán, con el área de Salud Mental del hospital local y con el Grupo Institucional de Alcoholismo.
Los trabajos que se desarrollan son múltiples: producción de plantines y almácigos, siembra directa, rotación y asociación de plantas como método natural en la prevención de plagas.
Del conjunto de huerteros que trabajan en estos espacios se conformó el grupo de Feria Orgánica, que cada 15 días se reúne para la creación del reglamento interno de futuras ferias. La primera experiencia ya se realizó dos domingos atrás en el parque Rosauer con notable éxito. Para el 8 de noviembre está programado realizar la segunda, con venta de verduras, florales y aromáticas.
Este programa tiene también inserción en ocho escuelas, en donde se enseña a trabajar la tierra, el aprovechamiento de los recursos y las posibilidades de la producción orgánica. Las escuelas son la 50, 45, 199, Especial 4 y 24, 53 y ambos turnos del jardín 49 del barrio Anai Mapu.