Viernes 23 de Octubre de 2009 > Sociedad
El agua, un factor clave a considerar en las forestaciones
La forestación como estrategia para la captura de carbono de la atmósfera y la lucha contra el cambio climático puede, ocasionar graves impactos en materia hídrica.

La forestación como estrategia para la captura de carbono de la atmósfera y la lucha contra el cambio climático puede, sin embargo, ocasionar graves impactos en materia hídrica, si no se evalúan y eligen convenientemente las zonas a forestar, advirtió  el investigador argentino Esteban Jobbágy. Este investigador independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina indicó que el agua es un tema "crítico y sensible" y un "recurso central sobre el que fácilmente se generan conflictos".

En su presentación en la sesión plenaria "Los bosques al servicio de la gente" del XIII Congreso Forestal Mundial que se realiza en Buenos Aires, el experto presentó una serie de "claves para entender mejor la cuestión del agua" en los ecosistemas y consideraciones a tener en cuenta a la hora de forestar. Apuntó que, no sólo en el sector forestal, sino también en otras áreas se está haciendo cada vez más evidente un cambio de paradigma.

 "Hay que pasar de la agronomía del rendimiento a la agronomía del agua", indicó. En general, si la productividad forestal, entendida como producción de biomasa total, es alta, hay un gran consumo de agua, ya que para que los árboles capturen dióxido de carbono deben abrir sus estomas, por los que se pierde agua en el proceso de transpiración. En la escala de una cuenca hidrológica, se deben considerar dos aspectos: cuál es la relación entre la infiltración del agua y el escurrimiento y cuál la que existen entre transpiración y drenaje, explicó Jobbágy.

Según diversos estudios, se comprobó que en el caso de zonas serranas, con pendientes, una forestación reduce en un 35 por ciento el caudal de agua, siendo el impacto aún mayor en las regiones más secas. Esto significa que se reduce la cantidad de agua en los ríos y arroyos de la zona. En tanto, en llanuras y regiones sin pendiente, una mayor transpiración de la vegetación puede hacer subir aún más la capa freática y causar salinización del suelo.

 Cuando se consideran las variables infiltración y escurrimiento superficial, se determinó que en las tierras agrícolas con pendiente hay una mayor erosión. En este caso, el reemplazo de los cultivos por un bosque es beneficioso, ya que aumenta la infiltración. Asimismo, los suelos sódicos en zonas de llanura mejoran con la forestación.

 Las forestaciones presentan, por lo tanto, beneficios, pero también pueden ocasionar perjuicios a nivel de ecosistema, dependiendo de múltiples variables, como ser la pendiente del terreno, la profundidad de la capa freática o el nivel de precipitaciones. Los cambios que se producen en el ciclo hidrológico por las transformaciones en la vegetación pueden, por lo tanto, afectar el riesgo de inundación, la calidad del agua y la fertilidad de los suelos. Por su parte, Balgis Osman-Elasha, miembro del Alto Consejo para el Ambiente y los Recursos Naturales de Sudán sentenció en su presentación en el plenario que no se logrará cumplir el lema del congreso "Desarrollo forestal, equilibrio vital", "si no se pone a las necesidades humanas en el centro del desarrollo forestal". La experta mencionó una serie de preocupaciones de los países en vías de desarrollo relacionadas con el bosque y el cambio climático.

Cuestionó el hecho de poner tanto foco en el tema de la mitigación del cambio climático. Osman-Elasha consideró que se lograrán mejores resultados con un manejo sostenible de los bosques y el éxito de las medidas de mitigación dependerá de una mejora de las condiciones de vida de las comunidades. Asimismo, hizo referencia a la controversia entre bioenergía y seguridad alimentaria, ya que un aumento de la producción de biocombustiles podría hacer crecer la competencia por los recuros alimentarios. En cuanto al tema de la adaptación al cambio climático, Osman-

Elasha criticó que se usa "una lente demasiado estrecha", en la que la dimensión humana está ausente. En ese sentido, dijo que se "ignoran las necesidades y perspectivas de las comunidades locales", a la que se responsabiliza por la explotación, degradación y deforestación, sin ver que muchas veces esto ocurre por sus pobres condiciones de vida y la necesidad que tienen de subsistencia. Ante la realidad del cambio climático, la falta de una buena gobernanza y de un manejo forestal sostenible exacerbará las vulnerabilidades socioeconómicas, advirtió la especialista sudanesa.   
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