Rodolfo Terragno no olvida aquella tarde de mayo del 76 cuando se entrevistó con un capitán de Fragata , "Tato" Corti, integrante de la Secretaría de Información Pública, el órgano para controlar la prensa que acababa de formar la por entonces flamante dictadura.

-Doctor, doctor... váyase, es conveniente que salga del país -le dijo Corti, un marino que años después, durante la guerra de Malvinas, fracasaría en la misión encomendada por su mandos: conseguir en el mundo árabe misiles franceses Exocet.

La revista que desde tres años antes de aquel mayo dirigía Terragno comenzaba a ser historia. Un artículo sobre las vinculaciones que tenía con el mundo financiero internacional el flamante zar de la economía argentina -José Martínez de Hoz- había colmado la paciencia de la dictadura.

Y Terragno se tuvo que ir del país. Primero recaló en Venezuela, donde estuvo cuatro años.

-Ahí fundé un diario con Tomás Eloy Martínez liderando la redacción. Luego me fui a vivir a Londres, donde vi el ejercicio de poder más personalista que ha tenido la política británica: Margaret Thatcher.

Abogado él en lo que concierne a título pero con pasión por el periodismo, también despuntó esta profesión junto a Jacobo Timerman en "La Opinión".

Con 66 años a cuestas, porteño y padre de dos hijos, Terragno recuerda hoy con satisfacción su paso como ministro de Obras Públicas de la administración Alfonsín. "Manejé un presupuesto inmenso, algo así como la mitad del presupuesto nacional... comenzó la política privatizadora con ´Austral´, avanzamos decididamente en las comunicaciones satelitales, con lo cual se despejó el camino para lo que con los años fue el mundo de internet... transformamos el puerto de Bahía Blanca en puerto de aguas profundas y avanzamos también hacia el autoabastecimiento de petróleo", recuerda hoy. Así como recuerda su paso como jefe de Gabinete del gobierno de la Alianza, un tiempo que evoca con énfasis a la hora de definirlo. (Ver nota prin- cipal)