SAN MARTÍN DE LOS ANDES (ASM).- La embajada del Paraguay tomó intervención directa ante las denuncias de persecución a trabajadores paraguayos de la construcción en esta ciudad, a raíz de una nota de este diario, recogida a su vez por otros medios de prensa.
Así lo confirmó a "Río Negro" el constructor paraguayo Celso Rodríguez, uno de quienes sufrió en carne propia esa situación, ya que le fue incendiada la gamella que había instalado en uno de los obradores.
Si bien no hubo reivindicación alguna de ese incidente, resultó llamativo que el fuego se produjese al mismo tiempo que se multiplicaban los actos de hostigamiento a los paraguayos.
Rodríguez dijo que "desde la embajada y el consulado se han puesto en contacto conmigo, para conocer la situación e incluso ofrecerme algún tipo de resarcimiento. Yo estoy desolado, porque esto no es lo mio. Estaban montando con mucho esfuerzo una empresa constructora, con toda la gente en orden (por los papeles migratorios) y ahora tengo que andar con gendarmes en las obras. Se imagina...", enfatizó.
Como se apuntó, la intervención de la embajada paraguaya se produjo a raíz de la seguidilla de mensajes intimidatorios y xenófobos, recogidos incluso por radios locales, a propósito de la presencia de los obreros de esa nacionalidad en un contexto de merma de la actividad.
La primera advertencia concreta, en verdad, la formuló públicamente el delegado regional de la Uocra, Guillermo Olarán, quien en setiembre pasado ya alertaba sobre un preocupante aumento de los mensajes de tono xenófobo. Pocos días después, se produjo la quema de la gamella, propiedad de Celso Rodríguez.
Allí moraban obreros de nacionalidad paraguaya, todos debidamente documentados, según explicó Rodríguez, quien recordó que existe un convenio entre Argentina y Paraguay, en el marco del Mercosur, que facilita el tránsito de los trabajadores entre los países miembros del mercado regional.
De allí que también se haya contactado de inmediato la embajada de su país. La cabaña, de construcción precaria y a modo de gamella, estaba ubicada en un sitio lindante con la plaza del barrio El Arenal, una populosa vecindad ubicada a tres kilómetros del casco histórico.
