Es cierto, posiblemente ya se ha dicho todo y quede poco por agregar. Aun así, tal vez valga la pena hacerlo. Porque sonó demasiado hipócrita escuchar al coro estable de una televisión que siempre se distinguió por la vulgaridad y la obscenidad horrorizarse y moralizar tras los insultos inéditos de Diego Maradona.

La mayoría de las críticas, de la tevé, radio y gráfica, tuvieron un componente de clase que se hizo evidente si se compara solamente de qué modo reaccionó esa misma prensa cuando Carlos Reutemann pidió a sus rivales políticos que se metieran la candidatura "en el medio del culo". O cuando durante una década aplaudieron y hasta premiaron a Marcelo Tinelli y su show de bajezas nocturno.

¿Cómo no sonreír cuando Fernando Niembro pidió disculpas a su audiencia en Fox sin recordar que hace unos años en el programa que conducía el periodista, el ex jugador Oscar Ruggeri y algunos otros contaban chistes plenos de homofobia, racismo y mal gusto, en medio de las risotadas de todos, conductor incluido?

Pero la crítica hacia los insultos groseros y arrogantes de un Maradona que no acepta una sola objeción no fue sólo de la prensa deportiva. La prensa dedicó editoriales y hasta sus principales columnistas políticos repudiaron al divo. Para todos resultó tentador comparar sus modales con el del gobierno actual, como si Maradona hubiese surgido con los Kirchner.

¿Y hubo acaso algún medio que se detuviera a analizar si, acaso, Maradona tendría algún motivo para estar tan indignado? Lejos de eso, la prensa deportiva comparó su brutalidad con la conferencia de prensa que Marcelo Bielsa daba a esa misma hora en Santiago de Chile, en medio de buen humor, ironías y buen gusto.

¿Marcelo Bielsa? ¿El mismo Marcelo Bielsa que criticaban porque era obstinado y se negaba a entrevistas individuales, tratando a todos exactamente por igual en conferencias de prensa que se hacían tan interminables -porque el hombre respondía hasta la última pregunta- que los medios terminaban cortando las transmisiones y burlándose de la pulcra oratoria del entrenador?

Fue necesario ayer que Rafael Bielsa, el hermano de Marcelo, los obligara a hacer memoria: "Nada puede compensar ni pagar lo imposible que le hicieron la vida (a Marcelo) los empresarios del periodismo deportivo, que no son periodistas deportivos, son individuos muy vinculados con intereses, con ventas de jugadores de fútbol, con negocios particulares, con la idea de recibir una primicia del técnico".

Y siguió: "De eso no nos tenemos que olvidar. Marcelo no es técnico de la selección argentina, entre otras razones, por estos indeseables, por estos sujetos que dictan cátedra de cómo hay que vivir y viven de una manera distinta en la práctica de su prédica". Lo más interesante fue cuando Rafael Bielsa dijo que hoy, esos mismos periodistas, reivindican a su hermano Marcelo porque clasificó a Chile al Mundial, pero sin decir de qué modo lo hizo, "con armas nobles" y no "envenenando al rival".

Así, con el célebre y todavía impune bidón contaminado de Branco, avanzó Argentina en Italia 90, bajo la conducción de Carlos Bilardo, el hombre a quien hoy muchos de esos periodistas siguen proponiendo como alternativa del grosero Maradona.

EZEQUIEL
FERNÁNDEZ MOORES