La timba surge en los setenta, de los barrios más populosos de La Habana, y tiene su origen en el son montuno, aunque ha recogido influencias del jazz latino, funk, hip hop, música clásica, nueva trova, disco, reggaeton y otros ritmos étnicos presentes en Cuba. Se caracteriza por un ejercicio amplio del piano, percusión -batería y pailas- e instrumentos de viento, sobre todo trompeta y trombón.

Juan Formell dice que la timba "se coloca en un camino medio entre el son tradicional cubano y la salsa. Es el sonido que más se escucha en la isla y es difícil explicarlo en teoría, pero los cambios que hemos hecho han influido tanto en los gustos musicales como las inclinaciones de los salseros en los últimos años".

El Período Especial que transita la isla y los cambios económicos severos que trajo consigo, el incremento del turismo y la afectación de valores en ciertos sectores de la población, conformaron rasgos que la caracterizaron, entre ellos, la agresividad y crudeza en muchas letras.

De la palabra, se destacan hoy dos acepciones estrictamente musicales. La primera nombra toda la producción bailable de los 90, independientemente de estilos. La segunda se refiere al género concreto, con sintaxis y caracteres estilístico-expresivos propios bien diferenciados.

Una tercera, como concepto de "marketing", busca separar las composiciones cubanas sonero-salseras de los últimos años, de las producidas en el exterior. (ER)