Otro proceso posible y que todavía está en etapa de desarrollo experimental en el mundo es la "fusión atómica".

Si la fisión era la partición de un núcleo de uranio, elemento de la naturaleza de un peso atómico muy alto, la fusión es, en cambio, la unión de dos núcleos muy livianos, donde también hay ganancia de energía.

Hoy, la fusión es posible pero no es económica porque hay que dar mucha más energía a la máquina que une a esos dos núcleos que la que se retira o se puede ganar con esa reacción.

Hay en marcha un gran proyecto europeo, el ITER, que sería un reactor de fusión que tiene por lo menos 25 años de aquí en más para probar la viabilidad de economía energética. Se calcula que sólo en 50 años existirá una central nuclear de fusión que genere algunos cientos de megavatios.

La fusión tiene, para los científicos, algunas ventajas notorias como la de usar materiales livianos como el hidrógeno, que además es abundante en la naturaleza, y la de dejar menos cantidad de residuos radiactivos que los reactores que hoy se usan.