TEGUCIGALPA.- Los hondureños estallaron ayer en júbilo para recibir como héroes a los jugadores de la selección de fútbol que logró la hazaña de clasificar al Mundial de Sudáfrica 2010, olvidando sus penas por la crisis política que vive el país.

Ondeando banderas azul y blanco y vistiendo las camisetas de la selección, miles de personas atestaron el aeropuerto Toncontín, al sur de la capital, para recibir a sus héroes que llegaban procedentes de El Salvador donde ganaron 1-0.

El empate dramático en los últimos segundos del partido de Estados Unidos ante Costa Rica dejó a los ´catrachos´ con el boleto a Sudáfrica, el segundo que logran a un Mundial, luego de España-1982.

Un colectivo amarillo que transportó a los jugadores desde el aeropuerto fue flanqueado por miles de personas, que desde las viviendas y edificios salían a vitorearlos.

Los jugadores se dirigían hacia la basílica de Suyapa, pero el vehículo no pudo pasar al ser bloqueado por los entusiastas seguidores que también hacían imposible que pudieran ingresar al templo católico.

Luego el bus se dirigió hacia la Casa Presidencial y en el portón de entrada al estacionamiento los jugadores fueron bajando uno a uno, con sus valijas, en medio del asedio de la multitud.

El presidente de facto Roberto Micheletti recibió al seleccionado en su despacho, pero cuatro jugadores no entraron, aduciendo que estaban cansados.

"La gente de arriba tiene que arreglar esa situación" de la crisis política, dijo a la agencia AFP el atacante Walter Martínez. "Yo he estado más tiempo afuera y no entiendo mucho del problema pero el fútbol está sirviendo para unirnos", afirmó, su parte, el defensor de Wigan de Inglaterra, Maynor Figueroa.

(AFP)