Viernes 16 de Octubre de 2009 Edicion impresa pag. 28 > Internacionales
CRECE EL ENFRENTAMIENTO ENTRE EL EJÉRCITO Y TALIBANES EN PAKISTÁN: Cadena de ataques dejó 40 muertos
Los combatientes islamistas aliados a Al Qaeda son responsables de una ola sin precedentes de atentados, en su mayoría suicidas. Ayer lanzaron ataques contra la policía y funcionarios. Intervino Obama.

LAHORE, Pakistán.- Al menos 40 personas murieron ayer en una oleada de ataques contra la policía y funcionarios en Pakistán, horas antes que el presidente estadounidense, Barack Obama, promulgara una ley de ayuda al país asiático por 7.500 millones de dólares.

Los atentados perpetrados en Lahore, Kohat y contra una residencia gubernamental en Peshawar, en una sangrienta escalada de la violencia que comenzó hace once días, dejaron como víctimas 10 atacantes, 19 policías, 10 civiles (entre ellos un niño) y una persona sin identificar.

Estos ataques pusieron en evidencia el poder de los elementos radicales armados para golpear en el corazón de Pakistán, así como la debilidad de las fuerzas de seguridad, mal equipadas, a pesar de las promesas de una nueva ofensiva contra los islamistas talibanes cerca de la frontera con Afganistán.

Tras los atentados, Obama se declaró preocupado por la situación en el país asiático y firmó la ley que otorga 7.500 millones de dólares para construir escuelas, carreteras e instituciones democráticas en Pakistán, como parte de una estrategia para desacreditar a los extremistas en Pakistán y Afganistán.

"Esta ley es una señal tangible del amplio apoyo estadounidense a Pakistán, como quedó demostrado al ser aprobada de manera unánime por las dos cámaras bipartidarias del Congreso", indicó el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, en un comunicado.

Las fuerzas de seguridad paquistaníes necesitaron cuatro horas para poner fin a los ataques en Lahore, la segunda ciudad del país, con siete millones de habitantes.

Al menos 28 personas murieron en los intentos de asalto simultáneos contra tres instalaciones policiales en Lahore y 11 en un atentado suicida con coche bomba en Kohat (noroeste).

Por la tarde, una bomba estalló en una residencia de empleados del gobierno en Peshawar (noroeste), con saldo provisional de un niño muerto, según una fuente médica.

 

Entre EE. UU. y Al Qaeda

 

Pakistán es un país que posee el arma nuclear, fronterizo de Afganistán y aliado clave en la guerra de Estados Unidos contra el terrorismo. Los combatientes islamistas aliados a Al Qaeda son responsables de una ola sin precedentes de atentados, en su mayoría suicidas, con un balance de más de 2.250 muertos en los últimos dos años.

Desde el comienzo de octubre, los ataques son casi cotidianos y se producen en lugares cada vez más alejadas de las zonas tribales del noroeste, fronterizas con Afganistán, donde imperan los talibanes.

"Antes estaban activos en la Provincia Frontera del Noroeste y ahora actúan en Punjab. Son terroristas pagos para desestabilizar a Pakistán", declaró ayer Rehman Malik, ministro del Interior. Desde el mes de julio, Malik, símbolo del desconcierto del gobierno, anuncia periódicamente una ofensiva militar terrestre contra el feudo de los talibanes en Waziristán del Sur, pero el ejército vacila, limitándose por el momento a bombardear la zona.

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