BUENOS AIRES (ABA).- Pese a reconocerle que es el dirigente no kirchnerista con mejor imagen pública para ganar una elección, la estructura orgánica del radicalismo manifestó una fuerte desconfianza hacia el vicepresidente Julio Cobos. Y le demandó, según confiaron a "Río Negro" allegados al titular partidario, Gerardo Morales (quien desistió de ir por la reelección, para lo que hubiese necesitado un improbable consenso interno): que diga donde está parado en materia de alianzas (hay un rechazo visceral a cualquier acuerdo con Mauricio Macri y Francisco de Narváez) y no insista en colocar, en diciembre, a un hombre de su confianza al frente del comité nacional de la UCR. Bochado Raúl Baglini y autoexcluido el senador Ernesto Sanz, Mario Meoni y Horacio Quiroga volvieron a sentenciar que Cobos quiere a "alguien que le responda" manejando el timón del centenario partido.
"Eso no es viable. Como dirigente que ha tenido una conducta zigzagueante, primero tiene que definir una línea de pensamiento y ajustarse a un programa opositor", señaló anoche a esta agencia un radical "de la resistencia" que propone al chaqueño Angel Rozas para reemplazar al jujeño Morales.
"Morales es en el radicalismo lo que (Néstor) Kirchner es en el peronismo. Los dos plantean ´soy yo o se acaba el mundo´", retrucó un cobista que reconoce las dificultades existentes para que vuelva al radicalismo, del que fue expulsado de "por vida" primero, y se le dio una licencia mientras sea vicepresidente, después.
Pese a todo, como buenos radicales, seguirán "rosqueando" y contando porotos hasta último momento. De hecho Cobos, Morales y Sanz se ven la cara todos los días en el Senado.
Cobos no tiene pensado renunciar a la vicepresidencia por lo menos hasta el otoño de 2010. En el partido se le reprocha su falta de apego a la liturgia radical. "Es un buen representante de la UCR, pero no tiene pasta de líder", aceptó incluso uno de los suyos. Las actuales autoridades partidarias siguen haciendo buenas migas con "Lilita" Carrió, que no puede a ver a Cobos ni en figuritas, y con los socialistas de Hermes Binner. Ninguno de los dos simpatiza con Macri y De Narváez, y mucho menos con Eduardo Duhalde.
