Después del milagro ocurrido el sábado pasado en el Monumental, todo puede pasar esta tarde (desde las 19, con arbitraje de Carlos Amarilla) en un estadio Centenario que será una hoguera.

Las cartas están sobre la mesa y tanto Uruguay como Argentina se juegan en estos 90´ nada menos que la ilusión de ir al Mundial. El seleccionado de Diego Maradona llega a esta trascendental reedición del clásico rioplatense en la cuarta posición de las eliminatorias, un punto sobre el equipo charrúa y a dos de Ecuador, que irá por la hazaña en Chile.

Por la diferencia de gol con los ecuatorianos (+ 2 contra - 3), con un empate Argentina estará casi clasificada en forma directa.

Ayer Diego Maradona terminó con los misterios y es casi un hecho que los 11 elegidos para enfrentar al equipo del Maestro Tabárez son: Romero, Otamendi, Schiavi, Demichelis y Heinze; Jonás Gutiérrez, Mascherano, Verón, Di María; Messi y Gonzalo Higuaín.

Si bien está claro que los números favorecen claramente al seleccionado albiceleste en esta última fecha y tiene todo a favor para llegar al mundial, la realidad es que su nivel futbolístico no alimenta las esperanzas de jugar bien y, por lo tanto, hay muchas menos chances de triunfar.

"Tenemos que ganar como sea", dijeron Maradona y sus jugadores durante la semana pasada y le ganaron a Perú "como sea", porque fue un verdadero milagro no haberse despedido el sábado del Mundial, gracias a un gol en el minuto 48 del segundo tiempo del inmortal Martín Palermo.

Ahora el equipo tendrá que cambiar la imagen, apostar a hacer en cancha lo que terminó haciendo Perú, es decir, manejar la pelota, tratar de ser profundo y tener criterio. Para este partido en Uruguay, el técnico argentino tiene decidido modificar el esquema táctico pasando a jugar con dos líneas de cuatro bien definidas y dos delanteros.

La idea de Diego está clarísima. En el fondo parará cuatro marcadores centrales, sabiendo que Uruguay irá con todo al ataque y que muchas veces buscará el gol desde las alturas.

En la mitad reemplazará a Enzo Pérez y Pablo Aimar por JS Verón más la presencia de Jonás Gutiérrez, que ante el seleccionado incaico actuó de ´4´.

Además de meter más jugadores de marca en la zona "caliente" del campo, apelará a los buenos lanzamientos de la Bruja, tanto para los dos carrileros como para Messi y el Pipita Higuaín.

El seleccionado deberá estar firme en el fondo, donde tiene muchos problemas, porque Diego Forlán y Luis Suárez no serán presas sencillas.

Será uno de los clásicos más importantes del mundo a nivel selección y puede llegar a ser un día de gloria para Maradona o el peor de su vida futbolística.