Miércoles 14 de Octubre de 2009 Edicion impresa pag. 44 > Cultura y Espectaculos
Spirituals y Cineamano, dúo perfecto
El Coro Universitario del Comahue y Tabbush. Juntos hacen el emotivo "Tren clandestino".

NEUQUÉN (AN).- Hacia mediados del siglo XIX decenas de miles de esclavos estadounidenses alcanzaron el camino hacia la libertad. Los ayudaba una asociación secreta antiesclavista llamada Underground railroad (Ferrocarril subterráneo). Como la mayoría de las huidas se hacían de noche, y los esclavos se desplazaban de a pie, crearon códigos y mensajes que se incorporaban a las canciones para guiarlos en el viaje.

Los versos sonaban irrelevantes a los oídos de sus amos. Pero indicaban a los esclavos cuándo comenzar la fuga hacia el norte de Estados Unidos o Canadá. "Tren clandestino", el nuevo trabajo del Coro Universitario del Comahue y Julieta Tabbush (Cineamano) documenta con sonidos e imágenes maravillosas aquellos mapas cantados. Los primeros negro spirituals.

Los coreutas, dirigidos por Javier Arbonés, debutaron con muchísimo éxito el fin de semana pasado en la Escuela de Títeres de Neuquén. Ahora, redoblan la apuesta y se preparan para presentar "Tren clandestino" el próximo 16 de octubre en La Asociación Española de Cipolletti. Más tarde, el 31, el espectáculo se verá en el Centro Cultural Cotesma de San Martín de los Andes.

"Tren clandestino" es un paseo por una selección de hermosas canciones sentidas, plagadas de guiños y claves secretas que escondían la huida hacia la tierra prometida donde la esclavitud no existía: "Let us beak bread together" (Compartamos el pan, arrodillados), "Swing low, sweet chariot" (Mécete suavemente, dulce carroza), "Keep your lamps" (Mantén tus antorchas listas y ardiendo) y "Deep river" (Río profundo), son algunas. Mucho más que un documento de época.

Todas estas canciones tienen información preciosa que la voces de los coreutas logran expresar con intensidad y hondo sentir. Hay melodías esperanzadoras, profundas otras, alegres o inspiradamente tristes, todas con estrofas sencillas pero cargadas de un lenguaje enmascarado que describen un camino hacia la libertad.

Mientras suenan las voces, en una pantalla, Julieta Tabbush dibuja árboles, bosques, cercos, estrellas, colinas, caminos, grupos de esclavos que se abrazan, huyen, cantan: "Oh, libertad, luego de esperar/ y antes de seguir en la esclavitud/ prefiero ser enterrado en mí sepulcro... no más gemidos/ no más llantos...".

Desde esta perspectiva todo tiene más sentido: Julieta, la chica del Cineamano, traza en vivo imágenes efímeras y nos cuenta mucho de las duras jornadas de la travesía de los esclavos durante las fugas. Del encierro en las plantaciones del sur. De la esperanza. Lo hace con un talento excepcional, acompañada en un par de canciones por Agustín Bonet al piano.

Es extraordinaria la combinación de spirituals y Cineamano. El particular ensamble que se produce allí entre imagen y melodía, sin competir una con otra, en esa línea el Coro Universitario del Comahue y Tabbush tienden un puente con la historia de miles de esclavos que se salvaron de la esclavitud. Sencillamente, cantando.

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