Miércoles 14 de Octubre de 2009 Edicion impresa pag. 36 > Deportes
OPINIÓN: Fútbol imprevisible

De lo que hay, el equipo de hoy tal vez sea lo mejor que puede presentar Diego Maradona, mucho más allá de que Nicolás Otamendi será improvisado como lateral derecho, Martín Demichelis volverá tras más de cuarenta días sin jugar y Rolando Schiavi y Gabriel Heinze no dan garantía de seguridad ni de pelota bien tratada.

No es poco. Se trata de la defensa entera. Será la zona más expuesta, porque se presume que Uruguay podría buscar un gol rápido, consciente de la fragilidad anímica de una Argentina que, a fuerza de ser sinceros, es candidato a perder en el Centenario y a rezar para que el Chile de Marcelo Bielsa le gane a Ecuador y nos quede entonces el repechaje con la Concacaf para entrar al Mundial por la puerta trasera.

Es tal el estado de desorientación que lució Argentina en sus últimos partidos, especialmente apenas le marcan un gol, que el gran temor es evitar una catástrofe similar a la de La Paz (1-6 ante Bolivia), de esas que dejan marcas cuyas secuelas serán cada vez más difíciles de remontar.

Es cierto. El análisis no es alentador. Los voceros del optimismo resaltan que Maradona habló mucho con Lionel Messi, que Demichelis está bárbaro y que Carlitos Tevez la rompe en los entrenamientos, aceptando sin chistar su condición de suplente de suplente, porque ahora perdió su lugar en el banco, a manos de Martín Palermo.

Los de la otra vereda se alarmaban el lunes contando que Argentina directamente no practicó con pelota detenida y que tampoco dispuso siquiera una visita de rutina para inspeccionar el terreno del Centenario, para decir que Maradona sólo apuesta a la motivación individual, vaya novedad.

Hay algo que debe aceptarse: la imprevisibilidad del fútbol, confirmada el sábado pasado, cuando Argentina ganaba tal cual lo indicaba el negocio, hasta que Javier Mascherano tiró ese taco insólito en el área, Perú empató en el minuto 90 y todo pareció irse al demonio. Valió otra vez el viejo dicho de que "el fútbol es demasiado negocio para ser sólo deporte, pero también es demasiado deporte para ser sólo negocio".

Es cierto, el árbitro boliviano René Ortubé, perfectamente ubicado, concedió el gol en offside de Palermo y cuidó el negocio, que estuvo a punto de irse al diablo.

Esa imprevisibilidad del fútbol es hoy casi nuestra única esperanza. Además de rezar más en Marcelo Bielsa para que Chile le gane a Ecuador, que en este Messi desconocido, por mucho que le hable y le hable Maradona, acaso para desmentir los rumores de incomunicación que llegan desde España, fuertemente desmentidos en el campamento blanquiceleste.

Ayer fue Ruggeri, luego Bilardo, después el Monumental y hasta el pobre Pablo Zabaleta fue utilizado como discurso final. Fueron excusas eternas para jamás hablar de fútbol, porque eso es lo que menos mostró Argentina en toda la eliminatoria, ya tarde para reclamarlo hoy en el Centenario.

EZEQUIEL FERNÁNDEZ MOORES

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