TEGUCIGALPA.- Delegados del gobierno de facto de Honduras y del depuesto Manuel Zelaya comenzaron a debatir su restitución, tras haber acordado ayer siete de los ocho puntos claves del plan que busca una salida a la crisis política, dijeron ambas partes.
"Ya empezamos a discutir el punto central y esperamos la respuesta mañana miércoles (por hoy)", declaró a la prensa Mayra Mejía, una de los tres negociadores de Zelaya, tras concluir la ronda de este martes.
Mientras, la ex magistrada Vilma Morales, negociadora del gobernante de facto Roberto Micheletti, precisó: "Hemos concluido con una valoración del 90 por ciento del total de los acuerdos que hemos suscrito y firmado, siete de ellos han sido firmados", indicó. Morales es una ex presidente de la Corte Suprema de Justicia y ha representado al gobierno de Micheletti desde que comenzaron las negociaciones bajo la mediación del presidente costarricense Oscar Arias y quién había lanzado el "Acuerdo de San José", base de las actuales negociaciones.
Los seis delegados, tres de Zelaya e igual número de Micheletti, acordaron que no habrá amnistía política, se respetará la fecha de elecciones generales prevista para el 29 de noviembre, no habrá convocatoria a la asamblea constituyente, así como formar un gobierno de unidad nacional.
Pero el tema de la restitución de Zelaya, el principal tema de discordia, no ha sido abordada y solamente se comenzará a discutir hoy, dijo el ministro del Interior de la administración Zelaya y jefe de su equipo negociador, Víctor Meza Zelaya.
Para lograr su meta, el derrocado mandatario destituyó a uno de sus negociadores, el líder sindical Juan Barahona, porque se negaba a firmar una renuncia a la convocatoria de una asamblea constituyente.
En lugar de Barahona fue nombrado Rodil Rivera Rodil, un abogado y político cercano a Zelaya.
Durante la jornada de ayer, Zelaya había advertido: "Si llegamos a las elecciones sin un arreglo, lo que pasará es que se va a profundizar la crisis, será un gobierno débil, espurio, la comunidad internacional va a continuar el aislamiento a menos que decidan entregar a los tribunales de justicia internacional a los golpistas", declaró.
Zelaya y sus delegados temen que el gobierno de facto esté dando largas a la discusión sobre su vuelta al poder para llegar a los comicios, la apuesta del régimen y sus aliados -empresarios, militares y políticos- para solventar la crisis.
Zelaya fue derrocado el pasado 28 de junio cuando comandos militares lo arrestaron y después lo expulsaron a Costa Rica, tras lo cual el Congreso designó a Micheletti. El derrocado mandatario ingresó clandestinamente el 21 de septiembre y se alojó en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde se encuentra junto a unos 50 seguidores.
Zelaya no puede salir del inmueble diplomático, ya que en su exterior se encuentran funcionarios de la Fiscalía General y agentes policiales listos para ejecutar una orden de captura y presentarlo ante los tribunales de justicia. (AFP/DPA)
