Lunes 12 de Octubre de 2009 Edicion impresa pag. 18 > Internacionales
Nueve talibanes ponen en jaque a ejército paquistaní
Atacaron el cuartel general y tomaron 40 rehenes. Luego de más de 20 horas, los soldados retomaron el control. Temor por la seguridad de las cabezas nucleares que tiene este país.

RAWALPINDI.- Se escucharon ruidos de disparos y explosiones y la sangre salpicó alrededor. Nunca antes había ocurrido en el cuartel general del sexto poder militar en el mundo, el Ejército paquistaní.

El jefe de los cerca de 600.000 soldados fue evacuado de su oficina y los militares corrieron en medio del pánico para salvar sus vidas. Apenas nueve insurgentes talibanes, armados con rifles de asalto, granadas de mano y un solo chaleco explosivo, fueron suficientes para asaltar el sábado la base del Ejército en la ciudad de Rawalpindi y mantener retenidos a más de 40 rehenes durante 22 horas.

Lo ocurrido ha causado preocupación entre la comunidad internacional, que teme por la seguridad de las cien cabezas nucleares que posee el país.

Cinco rebeldes murieron mientras asesinaban a cuatro soldados y a un civil pero, como habían planeado, otro grupo de asaltantes consiguió entrar en un edificio de seguridad, justo al lado de la entrada principal del lugar. "Escuchamos las explosiones y tiroteos y nos sentimos impresionados", dijo un militar que trabaja en la administración del cuartel general. "Al principio pensamos que estábamos siendo atacados por los indios o los estadounidenses, pero después nos enteramos de que eran talibanes", añadió.

Los atacantes consiguieron retener a 22 militares y personal civil en la oficina de seguridad amenazándoles con el chaleco cargado de explosivos que vestía uno de ellos. Otra docena de personas eran retenidas en otra habitación mientras algunos más se escondieron bajo las mesas o dentro de los armarios y sólo salieron cuando finalizó la operación, en la mañana de ayer.

El ataque se ha producido cuando las autoridades paquistaníes y estadounidenses todavía celebraban la muerte del jefe talibán Baitullah Mehsud, que murió a principios de agosto en un ataque en la región rural y montañosa de Pakistán, en la frontera con Afganistán. Ambos gobiernos proclamaron que el asesinato era un gran éxito en la lucha contra el terrorismo.

"Es curioso. Escuchamos a los militares paquistaníes decir que la columna vertebral de los talibanes estaba rota tras la muerte de Mehsud. Pero ¿puede perpetrar un ataque tan bien planeado contra el cuartel general alguien con la columna vertebral rota?", dijo el antiguo jefe de la oficina de inteligencia civil, Masood Sharif.

"Puede estar de moda hacer ese tipo de declaraciones, pero no se ajustan a la realidad", añadió, "George Bush anunció hace años que la guerra de Irak estaba ganada. Irak todavía está ardiendo. Así es también el caso de Pakistán". (DPA)

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí