LISBOA.- Un asesinato con fines políticos tiñó ayer de sangre las elecciones municipales en Portugal, en las que se registraron triunfos claros de los máximos favoritos en los principales centros urbanos, según las primeras proyecciones suministradas por los medios tras el cierre de las urnas.
El proceso electoral fue aplazado en una semana en el pueblo de Ermelo en el municipio Mondim de Basto, unos 350 kilómetros al norte de Lisboa, luego de que un candidato del Partido Socialista (PS) del primer ministro José Sócrates matara con un tiro de rifle al esposo de su rival política y actual alcaldesa del pueblo.
El disparo mortal se registró bajo circunstancias aún no totalmente esclarecidas en horas de la mañana, en el único colegio electoral del pueblo de unas 800 almas. El supuesto autor del crimen escapó y muchas horas después del hecho aún estaba siendo buscado por la policía en un bosque aledaño. Todo Portugal se vio sacudido por el asesinato. Sócrates afirmó esperar que "se haga justicia".
Pero aún en horas de la noche, los resultados de los comicios se veían eclipsados por el asesinato político. Un testigo ocular del hecho contó a la agencia LUSA: "Entró (el presunto autor) con el arma apoyada en la pierna y, sin decir nada, disparó contra el esposo de la presidenta (Maximino Clemente) y se dio a la fuga".
Según algún otro testigo, Antonio Cunha actuó en defensa propia, ya que la víctima, del PSD, habría disparado primero. El socialista Humberto Cerqueira sostuvo, por ejemplo, que Cunha sólo "reaccionó a un disparo" y que la víctima, de 57 años, "estuvo amenazando toda la noche (anterior a los comicios) a las personas que votasen para el PS". Algunos dijeron que los dos hombres eran parientes.