En mi primera carta hay un mensaje de esperanza y también tiene futurología.
Me lo hizo notar mi amigo Ananke, un científico obsesionado por controlar el tiempo que se ofreció a colaborar para obtener una versión más real de lo que sucederá el próximo 20 de diciembre.
Le pregunté cómo lograría eso y me contestó que había desarrollado una máquina que permitiría viajar a través del tiempo. ¿Físicamente? ¡No!
Me explicó cómo funciona el sistema: "Te introduzco en la máquina, creo un holograma de cuerpo entero y lo envío a diciembre del 2009; es como si trasladara tu espíritu, o sea que todo lo que vea este holograma te lo transmitirá a vos en forma simultánea mientras dure el viaje. Te encontrarás en el futuro para comprobar lo que sucederá".
-¿Y cuándo lo podemos hacer? -le pregunté-.
-¡Ya! -me dijo- y pusimos manos a la obra.
Al llegar encontré que el Congreso estaba de receso; los legisladores habían asumido y designado secretarios/as, gente de mucha capacidad y confianza -esposos/as, hijos/as, sobrino/as, amigo/as-, y 20 asesores cada uno, que servirían de apoyo en todas las especialidades necesarias a tan magna tarea.
Se constituyeron 30 nuevos bloques parlamentarios (varios unipersonales).
Los grandes problemas de la ciudadanía se postergaron hasta marzo. Además hubo rumores de que algunos legisladores habían pedido adelantos sobre sus dietas antes de asumir.
También mejoraron sus ingresos por medio de reformas a los coeficientes exteriores al salario básico (la crisis agudizó el ingenio). Una falla en la máquina terminó con mi visita al 20/12/09.
Como todavía no ocurrió, está en el pueblo argentino intentar modificar todo lo descripto.
La democracia no es sólo votar. Hay que comprometerse, hay que construir instituciones fuertes y no entregar nuestro destino a mesiánicos e iluminados.
Algunos proyectos fueron presentados: una ley para exhibir los botines de fútbol de Messi en una vitrina en el Salón de los Pasos Perdidos; una ley que aplica un impuesto a la venta de pan, cuya recaudación será utilizada para ayudar a los necesitados.
Benito Salinger, LE 4.836.472 - Allen