RINCÓN DE LOS SAUCES (ARS).- A las 16 de ayer, dos delincuentes vestidos íntegramente de negro ingresaron a un casino ubicado sobre la avenida General Enrique Mosconi, frente a la plaza central de Rincón de los Sauces, y se llevaron $ 10.000, luego de amenazar con un arma de fuego a las encargadas.
Ocurrió a una cuadra y media de la comisaría 35 de esta ciudad, pero los uniformados contaban con pocos efectivos a la hora del episodio y solamente tienen un móvil disponible.
Una testigo que presenció el hecho, relató que "la puerta se abrió e ingresaron dos personas vestidas de negro, con cascos de moto negros y lentes oscuros? uno se quedó en la puerta mientras que el otro hizo una inspección rápida del lugar y al darse cuenta de que las chicas que atienden el casino estaban solas, le hizo una seña al que estaba en la puerta y fue hasta la caja", dijo.
Según la testigo, "le puso un arma de fuego en la cabeza y le pidió todo el dinero y se fueron rápido sin tocar a ninguna de las seis personas que estábamos jugando".
Según se supo, los delincuentes hicieron un alto en la puerta para advertir a los presentes, arma en mano, que "no avisen nada a la cana", y se fueron en una moto tipo enduro por la calle Perón hacia la zona de la escuela primaria 300.
Lo anecdótico de la maniobra de escape es que a sólo unos metros del casino los ladrones pararon en un semáforo porque estaba en rojo y esperaron la luz verde para seguir su marcha, comportamiento que la policía calificó como "extraño" si conocían la proximidad de la comisaría.
Sin seguir la advertencia, una de las personas desde dentro del local llamó a la policía. Los uniformados llegaron a los pocos minutos pero los delincuentes ya se habían perdido de vista.
Los primeros datos señalaban que los ladrones se alzaron con unos 10.000 pesos y que a la hora del robo, los días domingo, la mayoría de los casinos no cuentan servicio de policial adicional. El "trabajo" de los cacos fue limpio y rápido, sin que hasta ayer la policía pueda reunir alguna pista sobre el hecho. Los investigadores suponen que hicieron tareas de "logística e inteligencia" antes de dar el golpe.